AP | LA PRENSA DE LARA.- El alcalde de Mariúpol declaró el lunes que más de 10.000 civiles han muerto en esa ciudad del sudeste de Ucrania desde que Rusia invadió al país en febrero. Vadym Boychenko dijo a The Associated Press por teléfono el lunes que los muertos «cubren las calles de nuestra ciudad» y que el saldo de muertes podría ser más de 20.000.
El alcalde añadió que las fuerzas rusas han llevado crematorios móviles para incinerar los restos humanos y se niegan a permitir corredores humanitarios a la ciudad, en un intento por encubrir las matanzas.
Horas antes, Rusia aseguró haber destruido sistemas de defensa antiaérea ucranianos en un aparente intento de conseguir la superioridad aérea y privar a Ucrania de armas que Kiev considera cruciales para hacer frente a una inminente ofensiva rusa desde el este.
Rusia aseveró que usó misiles crucero para destruir cuatro plataformas antiaéreas S-300 en las afueras de Dnipro. Indicó que Ucrania recibió los sistemas antiaéreos de un país europeo al que no nombró. La semana pasada, Eslovaquia le dio a Ucrania sistemas S-300 de diseño soviético, pero niega que hayan sido alcanzados. Previamente Rusia reportó dos bombardeos contra sistemas similares en otros dos lugares.
La ofensiva inicial de Rusia se estancó en varios frentes ante la firme resistencia de los ucranianos, que les impidieron a los rusos tomar la capital y otras ciudades. La falta de superioridad aérea ha impedido a los rusos cobijar desde el aire a sus tropas en tierra, limitando su avance y probablemente haciéndolas blanco fácil de los ucranianos.
Ante su fracaso en tomar gran parte de Ucrania, Rusia ha recurrido al bombardeo aéreo de centros urbanos. La guerra ha reducido a escombros a ciudades enteras, ha matado a miles de personas y ha dejado a Rusia política y económicamente aislada.
Las autoridades ucranianas acusan a Rusia de cometer crímenes de guerra, como la masacre de civiles en las afueras de Kiev, bombardeos contra hospitales y un ataque con misiles que mató a por lo menos 57 personas en una estación de trenes.
En Bucha el lunes, empezó la tarea de exhumar restos arrojados en una fosa común en el patio de una iglesia.
Galyna Feoktistova estuvo horas esperando en el frío y la lluvia con la esperanza de identificar a su hijo de 50 años, quien fue muerto a tiros hace más de un mes, pero eventualmente se fue a casa para hallar algo de calor. «Él sigue ahí», declaró Andy, otro de sus hijos.
Entretanto el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indicó que casi dos terceras partes de todos los niños ucranianos han abandonado sus hogares durante las seis semanas de la invasión rusa a Ucrania. La ONU ha verificado que 142 menores han muerto y 229 han sido heridos, si bien es muy probable que esas cifras sean aún mayores.
También, el canciller austríaco Karl Nehammer se reunió el lunes con el presidente ruso Vladimir Putin y dijo después que las conversaciones fueron «muy directas, abiertas y difíciles».
En un comunicado emitido por su despacho, Nehammer aseveró que su mensaje a Putin fue que «esta guerra tiene que terminar, porque en una guerra ambos bandos solo pierden».
Añadió que mencionó el tema de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas y que los responsables «tendrán que responder».
Austria es miembro de la Unión Europea y ha respaldado las sanciones a Rusia que ha aplicado el bloque de 27 naciones, aunque hasta ahora se opone a cesar los envíos de gas ruso. Austria es militarmente neutral y no es miembro de la OTAN.
Por otra parte, el líder de la región separatista de Donetsk aseveró que las fuerzas ucranianas han perdido el control del puerto de Mariúpol.
«En cuanto al puerto de Mariúpol, está ahora bajo nuestro control«, declaró a la televisión rusa Denis Pushilin, presidente de la República Popular de Donetsk, según agencias de noticias rusas. La afirmación no pudo ser verificada de manera independiente.
Rusia ha designado a un experimentado general como comandante de la guerra, según funcionarios estadounidenses, aunque los mismos funcionarios sospechan que una sola persona no hará gran diferencia.
Entretanto, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy está suplicando a Occidente más armas, insistiendo en que sus fuerzas necesitan más poderío bélico para resistir la inminente ofensiva rusa.
El domingo Zelenskyy declaró, como lo hizo en una entrevista previa con la AP, que la próxima semana será crucial.
«Para ser honesto, nuestra supervivencia depende de esto«, expresó Zelenskyy entrevistado por el programa «60 Minutes» interview.
«Desafortunadamente, no estoy totalmente seguro de que recibiremos todo lo que necesitamos«, añadió.
Zelenskyy agradeció al presidente estadounidense Joe Biden y a otros líderes occidentales por el apoyo militar que le han brindado hasta ahora, pero añadió que «hace tiempo» les entregó una lista de artículos específicos que Ucrania necesita para defenderse.
En un discurso por video al parlamento surcoreano el lunes, Zelenskyy específicamente pidió sistemas capaces de interceptar misiles rusos.
Tales equipos bélicos podrían ser blanco de ataques rusos a medida que Rusia intenta voltear la marea en la guerra.
Fuente: AP