«Fueron 71 víctimas, pero hubiera sido peor porque estuvo muy encima, demasiado cerca de las otras aeronaves» que en ese momento se encontraban en el proceso de aterrizaje en Rionegro, aeropuerto que sirve a Medellín, dijo la controladora a Caracol Radio.

En este sentido, indicó que en el momento en que el piloto del avión de Lamia le notificó su emergencia «inicia su descenso» y ella buscó «limpiarle rápidamente la trayectoria» debido a la presencia de los otros aviones.

Momentos antes, el piloto de Lamia reportó «prioridad», por lo que Molina inició «los procedimientos para ingresar» la aeronave en Rionegro.

«La aeronave notifica su descenso y de pronto es que veo en la traza del radar como empieza a hacer su descenso sin autorización y es cuando observo que se le fue encima a las otras dos aeronaves y es cuando tomo acción. Le llamo (al piloto de Lamia) y me notifica la emergencia», detalló.

Por ello, le solicitó a las aeronaves que hicieran «espera sobre el punto imaginario establecido», ya que el avión tenía por debajo tres aparatos, dos de ellos «muy críticos» porque «estaban muy cerca».

«Prácticamente (el piloto de Lamia) hizo caso omiso a las instrucciones que le estaba dando, empieza su aproximación y tenía las otras muy cerca. (…) Estuvieron muy cerca a esas aeronaves», subrayó Molina.

Preguntada acerca de si percibió tensión en la voz del piloto antes de que se declarara en emergencia, Molina dijo que no y que además en un inicio «no notificó nada», por lo que le dio las instrucciones correspondientes y le informó que había «demoras».

Esos retrasos se debían a que un avión de la compañía VivaColombia había solicitado minutos antes prioridad para aterrizar «por alarma de fuga de combustible».

«No notifica nada, (está) absolutamente tranquilo, normal, le doy las instrucciones normal, no se ve nada raro ahí», señaló acerca de las primeras comunicaciones con el piloto.