María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Un libro viejo y desactualizado es la única herramienta que tienen para el aprendizaje; contar con una computadora o un celular inteligente es un sueño irrealizable para los estudiantes que son habitan en zonas foráneas o comunidades populares, lo que implica que acceder al sistema educativo en la modalidad a distancia se convierte en todo un reto.
Las limitaciones que tienen estudiantes de esas zonas son aún mayores, pues se tienen que enfrentar a una educación sin herramientas. Algunos hacen maromas para poder investigar y enviar las tareas, por ejemplo en caseríos del municipio Urdaneta, donde la señal telefónica es intermitente y en su mayoría no cuentan con una computadora en sus casas, caminan hasta las plazas para poder conectarse a wifi desde un celular, una tablet o una canaimita.
Hay otros que contactan a algún familiar que viva en Barquisimeto y le piden ayuda con las investigaciones, mientras que los que no tienen esas alternativas utilizan libros antiguos que tengan en casa o solicitan prestado a un compañero.
Ir hasta la escuela o liceo, anotar las tareas y pedir asesorías a las profesoras también es una opción, una vez a la semana flexible se acercan a los planteles y aclaran dudas o reciben una breve explicación sobre las tareas. Quienes viven más lejos son a quienes les cuesta llegar hasta las instituciones.
Isabel Escalona, quien vive en La Playa, una zona popular del norte de Barquisimeto, dijo que tener acceso a las clases es todo un reto que a veces no puede cumplir, su hijo cursa quinto grado y no tienen un celular inteligente para estar en un grupo de WhatsApp y estar pendiente de las asignaciones y mucho menos para investigar.
«Tengo que pedirle ayuda a mi hermana, a veces algunos compañeros nos prestan los cuadernos, pero con el asunto del covid es más complicado porque la gente es más cuidadosa y piensan que se pueden contagiar» dijo Escalona con un tono de voz desalentador.
La muchacha explicó que por no tener equipos se complican las tareas, a pesar que los martes de la semana flexible puede ir a la escuela a llevar las tareas y recibir las nuevas, considera que no tienen un acompañamiento y una orientación como en las clases presenciales.
En cuanto al nivel educativo de las zonas rurales y en barrios más desprotegidos el nivel educativo no es el mismo, porque los representantes deben asumir un rol que no les corresponde, es decir, pasan de orientar y ayudar a prácticamente cumplir con la labor de profesores que en ocasiones no tienen estudios profesionales y se les hace cuesta arriba, en especial para explicar materias como física, química, matemática e inglés.
«Pasan de grado por pasar, porque lo que hacen es copiar de un cuaderno a otro, y eso afecta» dijo David Flores, quien a pesar que no tiene hijos en la escuela, si tiene familiares y ve como cada día se va desmejorando la educación, porque los padres están pendientes de buscar el pan de cada día.
La misma historia se repite en caseríos de los municipios Jiménez, Morán y hasta en Crespo donde la educación a distancia pasó a ser excluyente porque no tienen el mismo acceso que un estudiante en una ciudad. «En esas zonas la situación es grave» dijo Jesús Echeverría, miembro del Sindicato Único de Trabajares de la Educación (Sutelara), quien contó que en esos sectores es casi inexistente la señal de internet y recursos tecnológicos.
El profesor explicó que hay estudiantes que deben viajar porque las escuelas y liceos les quedan retiradas de los caseríos donde viven para poder buscar las asignaciones «van hasta la capital de los municipios y eso amerita costos de pasajes y algunos lo dejan de hacer porque no tienen dinero».
Elvia Álvarez, quien vive en El Trompillo dijo que hace un gran esfuerzo para que sus dos hijos, uno de siete y otra de once años no dejen la escuela y el liceo «a veces envían las tareas al celular de mi mamá y cuando yo me puedo conectar a Facebook busco lo que han enviado» porque ella no tiene un equipo tecnológico para estar monitoreando diariamente.
Afectados
La misma situación se ve reflejada en los docentes de las zonas foráneas y barrios populares, pues trabajan en una institución alejada a su residencia y en el caso de las asesorías pedagógicas a veces no tienen como llegar y en esos casos deben buscar otras estrategias para poder atender a los estudiantes que no cuentan con recursos tecnológicos.
Laura Igarra, miembro del Colegio de Licenciados en Educación dijo que en el caso del municipio Crespo los docentes hacen el esfuerzo de llevarle el cuaderno a los estudiantes que viven cerca de la escuela, lo mismo sucede en barrios del oeste de Barquisimeto como El Bolívar, Santa Rosalía, El Tostao, La Paz, y sectores aledaños.
Todas estas carencias hacen que los sindicatos de educación califiquen al sistema educativo de mala calidad. Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores considera que este año fue una «farsa» porque no hubo un aprendizaje significativo, en especial a quienes no tienen acceso a las clases a distancia porque no cuentan ni con un celular inteligente.
Sienten preocupación que cada día los muchachos tengan menos preparación, lo que dificulta el futuro del país.
Algunas con más deficiencia
Química, física, matemática, lenguaje e inglés, son algunas de la materias más complicadas para que los muchachos las vean desde casa sin orientaciones del profesor, lo que se hace cuesta arriba cuando los padres no tienen estudios profesionales para dar una explicación.
En esos casos, esas materias tienen mayor deficiencia, porque los estudiantes no tuvieron una educación como en las clases presenciales, en especial los de las zonas rurales y barrios populares de Lara, donde buscar vídeos a través de internet o guías es casi que imposible ante la falta de internet.
Elvia Álvarez, quien vive en El Trompillo dijo que para ella es más complicado explicarle a su hija de séptimo grado que al que está en la escuela, porque hay materias que ella no la domina «pero hago un esfuerzo para que mis hijos no dejen los estudios».
Los sindicatos de educación califican que las materias puras y de lenguaje son las que más tienen deficiencia este año escolar porque no se dieron prácticas como antes.