Isabella Delgado | LA PRENSA.- El acoso escolar no da tregua en las instituciones iribarrenses. El Consejo Municipal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Cmpnnai) ha registrado 10 casos en los tres meses que lleva el año escolar 2016-2017. La cifra que triplica la del mismo período en 2015, cuando el tope fueron tres casos.
La frecuencia es de casi un caso de acoso psicológico y/o físico a la semana, detalla Francis Pérez, coordinadora del consejo, cuya competencia son conflictos particulares. El bullying, como también se le conoce al acoso escolar, es ejecutado en su mayoría por adolescentes.
Lo que se nos hace extraño es que este crecimiento no ha sido sólo en la zona oeste, como antes, sino que los casos también se presentan en la zona este en instituciones reconocidas”, destaca.
Los casos referidos no son los totales que tienen lugar en el municipio. Son sólo los trascendentales, que salieron de las manos de los docentes y fueron denunciados ante defensorías o los consejos municipales de protección, o defensa de infantes y adolescentes.
Para la psicóloga Teysi Amaro es imperativo que los docentes y padres agudicen su sentido de la observación y detecten vestigios de conductas o señales que caracterizan a las víctimas y a los victimarios de acoso escolar.
Explica que las víctimas suelen ser retraídas, hacen resistencia para ir a clases, somatizan dolores cuando se acercan encuentros con sus victimarios, son ansiosos y hasta pueden adoptar conductas agresivas. En cambio, los victimarios tienden a ser niños o adolescentes que no temen a represalias, tienen conducta agresiva, ajena a los valores, y vienen de ambientes disfuncionales.
Amaro resalta que es necesario que los docentes pierdan el miedo a denunciar a las autoridades o superiores. De esta forma, tienen la posibilidad de detener el acoso, evitar que pase a mayores y corregir conductas.
Deben entender que esto es un problema, y va en aumento. Ahora también en las redes sociales. Los adolescentes pueden adoptar, incluso conductas suicidas si no se aborda a tiempo, pueden autoflagelarse”, asegura la especialista.
La Zona Educativa en Lara no ha recibido denuncias ni reportes de acoso en instituciones del estado, asegura Mirna Víes, titular de la jefatura. Luego dijo que desde la institución están “atentos” a través de los defensores educativos.
Preocupa violencia
Desde su competencia, que corresponde a problemas colectivos, Nohemí Corrales, presidenta del Consejo de Defensa de Niños, Niñas y Adolescentes ve con preocupación la exacerbación de la violencia escolar que aumenta al mismo ritmo que el acoso escolar.
Se refiere a peleas entre grupos de alumnos y la ejecución de prácticas ilícitas dentro y entorno de las instituciones.
“Los padres tienen que salir de sus casas a la calle en busca de comida o para cubrir sus necesidades básicas. El adolescente se queda en casa, sin orientación. Sólo con la televisión e internet. Quedan vulnerables a que mucha gente pueda aprovecharse de ellos para actos ilegales o tomar actitudes negativas”, destaca.
El consejo trata de hacer conciencia con talleres en las instituciones de todo el municipio para contrarrestar los focos de violencia.