Luis Montes de Oca | LA PRENSA.- La venta de alimentos de la cesta básica ha llegado a establecimientos comerciales que son alquilados por los vendedores para buscar rentabilidad económica.
El principal factor de la incorporación de artículos que entran en la lista de productos en escasez se debe a la diversificación que deben hacer los comerciantes para subsistir y mantener las puertas abiertas de sus negocios.
Tal es el caso de Antonio Mendoza, quien hace varios meses tenía una distribuidora de panes para hamburguesas y perros calientes en la avenida La Mata de Cabudare, pero por la falta de harina de trigo y los altos precios en conseguirla decidió dedicarse al expendio de alimentos, como la harina de maíz, espagueti, salsa de tomate, azúcar, mayonesa y mantequilla.
“La situación económica actual que atraviesa el país no nos permite seguir trabajando con lo que de verdad queremos hacer”, explicó.
Las personas no sólo han alquilado locales comerciales, sino que otros han tenido que desligarse de la venta originaria que tenían y comenzar a surtir estantes con alimentos de primera necesidad que, según las opiniones de los vendedores, son buscados como oro.
Aunque para otros comerciantes la realidad no es la misma. Muchos han alquilado locales comerciales con la visión puesta en que las ventas de alimentos se mantendrán con regularidad.
Expresan que los gastos de operaciones no pueden ser pagados en su totalidad y deben cerrar sus puertas por la baja rentabilidad. “Los locales han proliferado mucho, en todas partes hay gente vendiendo, eso no está resultando como se cree”, mencionó uno de los vendedores.
Indican además que las transacciones se frenan porque no cuentan con puntos de venta y por los altos precios que tienen los productos las personas no disponen de altos montos en efectivo para pagar los productos.