Isabella Delgado| LA PRENSA.-La primera Convención Colectiva Única de los Trabajadores de la Educación firmada el 29 de marzo por el presidente Nicolás Maduro fue un paquete chileno. Acuerdos como el incremento fraccionado de sueldo, entrega de bolsas de comida mensual, garantía de servicios de salud a través del Ipasme y facilidades para la obtención de viviendas quedaron en papel y dieron paso a un nuevo conflicto laboral en el magisterio.
Ayer, un grupo de al menos 200 docentes dependientes del Ministerio de Educación y de la Gobernación de Lara protestaron frente a la sede de la Zona Educativa de Barquisimeto. Con consignas como “hoy la clase se da en la calle” cerraron la carrera 18 con calle 24 por más de cuatro horas.
El malestar en el magisterio viene desde la firma de la contratación que fue apoyada por federaciones de maestros aliadas con el Gobierno nacional y, según la coalición sindical estadal, no cubrió las necesidades exigidas. El incumplimiento de cláusulas sociales como la entrega de bolsas de comida para cada docente elevó el descontento, pero el detonante del conflicto fue la negativa del Ministerio de Educación de ejecutar el 10 de octubre el incremento de 17% de los salarios estipulado en la cláusula 62 de la contratación.
Manuel Galíndez, secretario de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenatev) en Lara, destacó que vuelven a las calles también para exigir la atención a los planteles, pues al menos 50 % de los 2 mil 200 que hay en Lara tiene graves fallas en su infraestructura, dotación, seguridad y servicios. Destacó que mil 800 trabajadores laboran en Lara sin cobrar y a otros 30 mil les deben las prestaciones sociales.
“Rechazamos los ascensos que se dieron sin hacer concurso. Designaron a directores por su tendencia política, por haber firmado por el revocatorio”, acotó el docente, quien aseguró que el paro se cumplió en Portuguesa, Yaracuy, Táchira, Trujillo, Barinas y la Gran Caracas.
Docentes de la Universidad Pedagógica Libertador (UPEL) apoyaron la protesta.