Ana León | LA PRENSA.- “Nosotros venimos para distraernos, pasar un rato distinto y alejarnos de tanto estrés, pero cuando quieres pagarle algo a los muchachos con punto de venta te encuentras un colón”.
Así resumió su visita a las Lomas de Cubiro Celia Mora, quien vino con su familia desde Maracay a disfrutar de este sitio turístico de Jiménez.
Ella junto a sus parientes decidieron regalarle seis paseos a caballo a la niña que los acompañaba; es decir, 50 mil bolos por montada y cabalgata que en total fueron Bs. 300 mil. Al no tener billetes se trasladaron a pagar a un restaurante y se encontraron con una descomunal cola de personas que también se disponían a pagar por diversos servicios.
Miembros de las cinco asociaciones y una cooperativa que agrupa a 300 comerciantes de las lomas, detallan que antes del asueto de Carnaval cuatro entidades bancarias retiraron cuatro puntos de venta electrónicos de la zona y apenas hay tres para todos los comercios.
Son 110 dueños de caballos de paseo, 41 quioscos, seis restaurantes, tres estacionamientos y al menos 20 comerciantes informales que dependen de los tres puntos de venta o del dinero en efectivo que lleven los turistas.
El método de transferencia bancaria no es una opción, pues la señal telefónica es mala y complica el proceso.
Los precios de algunos servicios o productos son relativamente baratos, pero todo se complica por los puntos, por ejemplo, una cachapa con queso cuesta Bs. 150 mil, un vaso de fresas con crema pequeño está en 80 mil, un jojoto sancochado con mantequilla no sobrepasa los 50 mil.
Lo que sí no es considerado “económico” por algunos turistas es un almuerzo resuelto que vale entre 350 o 450 mil bolívares.