Joelis Sosa Alvarado | LA PRENSA.- Siguen siendo el blanco de los choros. Carreteras y autopistas de Venezuela son el escenario de robo donde los más afectados son los transportistas y usuarios de unidades, que a diario hacen de todo para evitar que los “atraquen” en las vías al momento de viajar, pero a pesar de ello, no hay quien pare a los antisociales que usan un sin fin de herramientas para ejecutar sus fechorías.
A diario, a nivel general se pueden contabilizar al menos 20 robos en la entidad, así lo dio a conocer Carlos Méndez, parte de la directiva del Sindicato Automotor del estado Lara, quien explica que no solo los ruteros se ven afectados, sino también quienes hacen viajes largos, en especial los que se dirigen a Sanare y El Tocuyo.
“Salimos a trabajar a la deriva, encomendados a Dios para no ser víctimas del hampa, cosa que lamentablemente se ha vuelto común en nuestro día a día”, señaló Méndez, quien además aseguró que el modo operandi de los choros es cambiante, aunque a los ruteros siempre los secuestran y llevan a barrios solitarios del norte de la ciudad, a quienes se dirigen a zonas foráneas se les hace un poco más complicado por ser vías solitarias, “en plenas carreteras le roban hasta la ropa, como pasó en Sanaré”, recordó.
Es por ello que los transportistas prefieren salir al ruedo y rodar sin pararse, evitan las paradas porque aseguran que es en ellas en donde se montan los antisociales. “Se hacen las paradas necesarias, cuando el usuario que viene del terminal se queda en plena vía, porque de lo contrario seguimos de largo”, mencionó Carlos Mendoza, un chófer de la línea Bonanza que trabaja hacía Acariga, el señor explicó que es por ello que usan el “modo directo”, para evitar verse afectados tanto ellos como los pasajeros.
Mendoza también señaló que el servicio de magrugada ha disminuido por la misma inseguridad, pues los llamados “miguelitos” -alambres o clavos que afectan los cauchos- son colocados durante estas horas para robarlos, agregó que la hora de salida es como mínimo a las cuatro de la mañana y todo porque hay personas que requieren dirigirse a sus trabajos.
Los transportistas aseguran que las zonas más inseguras son la avenida Florencio Jiménez, entre ellas las paradas del centro comercial Metrópolis, y la pasarela, quienes van hacía El Tocuyo, Quibor y Carora tratan de equipar completo en el terminal para hacer un viaje directo.
También quienes van a Sanare, La Miel y Acarigua, la parada de la avenida Vargas con Venezuela en Iribarren, y La Campiña en el municipio Palavecino, son las más usadas por los antisociales para esperar a “sus presas”, las busetas.
Entre las autopistas aseguran que la Lara-Zulia es una de las más peligrosas, transportistas señalaron que los choros al ver que estos ya no hacen muchas paradas, donde en años anteriores eran muy usadas para robarlos han optado por esperarlos en donde hayan policías acostados.
Con una “pate’cabra (barra de hierro) abren los maleteros cuando los buses van a velocidad lenta para evitar dañar sus cauchos con los reductores de velocidad; las zonas más afectadas son El Molino y La Chinita, estos en plena vía, aseguran que a pesar de estar cerca de estaciones policiales o de fiscales igual se ven afectados, a los choros no les importa quien se encuentre cerca.