Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Como si fuesen camellos, así se sienten los habitantes de los caseríos Quebrada Seca, Purilimpia, Las Casitas, Aves del Paraíso y Molino Arriba ubicados en la parroquia Cuara del municipio Jiménez debido a que desde hace un mes no sale agua de los grifos, a consecuencia de 67 tomas ilegales que hay en el tubo matriz con las cuales vienen lidiando desde hace 4 años.
Son 420 familias las que se ven afectadas por la falta de agua potable, los vecinos reportan que cada vez la situación es más caótica debido a que la fuerza es menos, por lo que no les llega a las casas, ante esta situación tienen que comprarla a cisterneros quienes las venden desde 2 dólares por tanque o sino buscarla en un pozo subterráneo de una de las haciendas que queda a unos 400 metros.
Aunque buscar el agua en el pozo es una de las alternativas para aquellos que no pueden comprarla, aseguran que esta no es una opción viable, ya que el agua es bombeada por un equipo que funciona a gasoil y que al parecer una fuga del combustible contamina el agua, lo que a su vez genera enfermedades en la piel.
Dismary Torres, quien vive en el caserío Quebrada Seca comentó que las tomas ya están identificadas y la denuncia está puesta en Fiscalía, sin embargo, al momento de la revisión por parte de los entes públicos solo deshabilitaron 3.
«En el 2014 se luchó por quitar las tomas clandestinas, porque hay de 2 y hasta 4 pulgadas, en febrero de 2021 el presidente de Hidrolara y un ingeniero estuvieron aquí y quitaron 3, pero no se pudo avanzar. La Fiscalía también nos acompañó pero no se tomaron medidas», dijo Torres.
Vecinos de estas comunidades aseguran que son un sector vulnerable, por lo que no tienen el dinero para poder comprar el agua, por lo que piden ser atendidos.
«Aquí hay muchos niños, se les están vulnerando su derecho al agua», dijo Olimpia Mendoza, asegurando que han pasado hasta dos meses sin agua.