María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- «Fue peor el remedio que la enfermedad». Así es como califican en Duaca, municipio Crespo, la tala de árboles en la escuela Licua, pues mientras estos eran cortados las ramas iban cayendo y destruyendo los techos y paredes del plantel. Hoy los alumnos no están recibiendo clases en la escuela.
Domingo Bustillos, miembro de la organización no gubernamental Jóvenes sin Fronteras, denunció que hace un mes fueron talados árboles de cedro, caoba y ceiba, afectando la infraestructura de la institución. Aseguró que la actividad fue autorizada por el consejo comunal y aunque también habían funcionarios de Protección Civil, condenan el hecho.
Bustillos precisa que el argumento para «acabar» con los árboles fue que, aparentemente, las ramas caían con regularidad y en cualquier momento podían lastimar a algún niño o a un profesor, «pero cuando estaban talando cayeron en los techos y las paredes y se destruyeron», denunció. Bustillos lamenta que la institución luzca destrozada.
Bustillos comentó que muchas de las áreas estaban en buen estado, pero ahora será más complicado recuperarlas porque las condiciones empeoraron.
