Osman Rojas | LA PRENSA.- El año termina de la peor forma para los pacientes renales que hacen vida en la Unidad de Diálisis El Ángel. Desde que arrancó el 2017 los enfermos han vivido con el temor de quedarse sin insumos para aplicar sus tratamientos y ese temor fue confirmado el día de ayer cuando el equipo médico de la institución les notificó que ya no quedan dializadores.
Aquí somos 35 personas que nos vamos a morir si no somos atendidos. Exigimos que el Gobierno nacional se pronuncie porque nos están condenando”, dijo alarmada la señora María Daza, familiar de uno de los pacientes atendidos en el centro médico.
Aura Castañeda, mujer de 55 años que desde hace dos años se dializa en el Ángel, responsabilizó al Gobierno nacional por la situación que están atravesando los enfermos renales.
El Seguro Social sabe la necesidad que los pacientes renales estamos atravesando. Estamos cansados de vivir bajo un constante estrés. Nosotros exigimos una mesa de diálogo para que las autoridades regionales se comprometan y nos ayuden”, soltó Castañeda.
La mujer fue tajante al asegurar que, de no recibir respuesta en los próximos días, los enfermos saldrán a las calles y trancarán hasta que alguien les preste atención.
Si tenemos que dar el abrazo de año nuevo en medio de la avenida lo vamos a hacer. Es injusto que las autoridades nos marginen. Aquí en la unidad de diálisis no hay ni dializadores ni solución fisiológica y eso es imperdonable”, comentó indignada.
Jaime Carrillo, representante de la Fundación Amigos del Paciente Renal en Venezuela, aseguró que el problema con los insumos no es nuevo. El informante asegura que en el estado Lara tres de las siete unidades de diálisis han suspendido, al menos una vez en lo que va de año, la aplicación de tratamientos por no tener herramientas para trabajar.
Los índices de mortalidad han aumentado 35 por ciento en comparación con el año pasado. A pesar de eso el Gobierno no entiende que estamos en crisis humanitaria y se niega a recibir ayuda”, lamentó Carrillo.