Víctor A. Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Por segundo año seguido, el tamunangue sonó en distintas comunidades de Barquisimeto. Con todas las limitantes por la pandemia de covid-19, la devoción hacia San Antonio de Padua se hizo presente de parte de la feligresía para no dejar morir esta tradición de todos los 13 de junio. La imagen recorrió por las calles, unos lo hicieron en carros y otros lo cargaron en hombros.
Desde muy temprano iniciaron las actividades. En la comunidad El Carmen, a las 7:30 de la mañana se realizó la misa en la capilla Nuestra Señora del Carmen, posteriormente se realizó un pequeño recorrido, siempre haciendo énfasis en el uso del tapabocas, el alcohol y el distanciamiento social. Danzas Guarandol junto con el Grupo Cultural El Carmen, además de músicos independientes arrancaron la fiesta del tamunangue.
«Sin ningún tipo de ayuda gubernamental realizamos esta tradición con el apoyo de la comunidad. En cada parada aplicamos alcohol a los bailadores. Decidimos que se pusiera solamente un altar por cuadra en las vías principales para evitar aglomeraciones», manifestó Laly Suárez, quien junto con Juan Mambel se encargaron de organizar todo en la comunidad.
En Los Crepúsculos también se realizó el recorrido organizado por el Grupo Uyama, pero sin el tradicional evento central, que en tiempos anteriores reunía a más de 300 bailadores. En esta ocasión la celebración quedó a medias en cumplimiento de las normas por la pandemia.
«Ya con este son dos años que llevamos haciendo sólo la procesión debido a todos los casos de covid-19 que hay en la parroquia Unión», manifestó José Romero, organizador del evento cultural.
Con más de 40 años de tradición, también se efectuó la procesión en Barrio Unión, La Pastora, Nuevo Barrio y Los Luises con el Movimiento Cultural San Antonio junto a otras ocho agrupaciones.