Las ocho lagunas que servían para abastecer a la comunidad se secaron por completo
Jhonny Pérez | LA PRENSA DE LARA.- Unas 130 familias de la comunidad Potrero Ramírez, población que se encuentran a 10 minutos de Bobare, parroquia Aguedo Felipe Alvarado, justamente en la troncal 4 vía Churuguara, al oeste de Barquisimeto, se ven afectadas por la falta de agua. Vecinos sostienen que desde hace más de siete años dejaron de recibir agua a través de cisternas de los gobiernos estadal y municipal, y las lagunas con las que podían cubrir las necesidades básicas se encuentran completamente secas.
En esta comunidad Potrero Ramírez nunca han tenido la suerte de tener agua por tuberías, por lo que en la actualidad el precio por pipa es de 70 bolívares y el mínimo de compra es de dos tanques de agua de mil litros. Los cisterneros no van a la comunidad si no hay un pedido de agua grande, de manera que los vecinos están en continua comunicación para definir el día de la solicitud y, según versiones de ellos «pobre de aquel que quede sin reservas, porque tiene que esperar o pedir el favor a un señor que lleva agua a la comunidad desde Bobare, pero esa agua es salada».
Iris Hernández, habitante del sector, comenta que los pozos fueron el abastecimiento de toda la comunidad en tiempos de contingencia y se mantenían llenos de agua porque en la zona las precipitaciones eran constantes. Tres eran para la hidratación de los animales y cinco para las familias; sin embargo, el cambio climático hizo que los niveles de agua disminuyeran hasta que sólo quedaron tres que también fueron secándose con el paso del tiempo, el primero hace siete meses, otro hace tres meses y el último unos días atrás.
«Estamos viviendo un dolor de cabeza continuo, semanalmente debemos comprar el agua para beber y cocinar, pero lo que más dolor nos da es que nuestros animalitos se están muriendo a causa de esto mismo, porque los litros de agua que compramos no nos alcanzan para sostener la crianza que por años teníamos en la comunidad», sostuvo Hernández.Lamento comunitario
Luis Miguel Rodríguez, pastor de cabras, expresó su pesar por el problema y es que desde el secado de la última laguna hasta la fecha se han registrado 10 muertes de animales producto de la deshidratación y es que según el testimonio de Rodríguez los animales se acostumbraban a bajar hasta las lagunas para tomar agua y pastar, ahora tienen que disponer de un tobo de agua para que seis cabras y chivos puedan beber, al menos dos veces al día.
«Lo que me da dolor es que a los animales se les tenga que dar un traguito de agua para que medio vivan, se salvan es por el poquito que uno compra; quienes tienen carro buscan agua salada en las comunidades vecinas, pero nosotros que no tenemos nos toca comprarla. Es triste lo que voy a decir, pero criar animales en este lugar no es viable, porque la carne no es muy buena y por la falta de agua las cabras no producen leche», detalló Rodríguez.
El pastor también destacó que la alimentación de los animales es precaria porque las pocas plantas para alimentarse están muriendo en el ambiente semiárido que rodea a la comunidad. En tales circunstancias han optado para alimentar al ganado caprino con el cactus lefaria que abunda en el lugar; el cardón es una planta cactácea con reservas de agua que brinda hidratación en los ambientes desérticos.Esfuerzo de vecinos
En el sector funciona una escuelita en la que se atienden a poco más de 50 niños en la temporada escolar; no obstante, el plantel no está exento de la realidad que agobia a Potrero Ramírez. Declaraciones de Sorielys Torrealba, representante de la comunidad, destaca que en compañía de los docentes han tenido que aportar dinero para el abastecimiento de agua para los niños, convirtiéndose en un esfuerzo comunitario que afecta a los representantes.
Torrealba solicita el apoyo gubernamental para que les otorgue solución a un problema que afecta a grandes, chicos y hasta a los animales. La comunidad también desea que se les apoye con una retroexcavadora para poder sacar el barro de las lagunas para que tengan mayor profundidad para almacenar agua de lluvia a las lagunas que por muchos años han servido de reservorio de agua para familias y para continuar con la crianza de cabras y chivos.