Luis Montes de Oca | LA PRENSA.- La tradición de comer dulce criollo en Semana Santa se está perdiendo, los guaros comentan que no tienen previsto prepararlos porque los ingredientes registran precios exagerados.
La escasez de azúcar a precio regulado tiene desmotivados a quienes en la Semana Mayor preparan dulces para compartir en familia, pues aseguran que no la pueden comprar con sobreprecio porque la plata no les alcanza.
Senovia Gil, ama de casa y quien en años anteriores se dedicaba a elaborar dulces para compartir en Semana Santa, detalló que desde el año pasado no ha podido preparar el tradicional cabello de ángel, arroz con leche y ni el majarete; porque la materia prima se ha vuelto bastante difícil de conseguir y la que se consigue está muy cara.
“Nosotros preparábamos en familia todos esos dulces, pero este año ya no lo podemos hacer porque no podemos comprar los ingredientes”, dijo.
Quienes elaboran los dulces criollos para ponerlos a la venta durante la Semana Mayor, también se ven con la soga al cuello porque los ingredientes se consiguen poco y la búsqueda es bastante cuesta arriba.
Aseguran que deben comprar la azúcar y la leche “bachaqueada” para poder tener existencia en las vitrinas, aunque esto no le resulta todos los días, porque hay momentos en que la gente llega comprando y no tienen qué ofrecerle.
Vendedores de dulces tradicionales afirman que no pueden comprar los ingredientes como antes cuando podían comprar por sacos. “Ahora compramos al detal, si acaso”, dicen.
Los cocos también se han vuelto un dolor de cabeza para quienes elaboran las cocadas y conservas; porque un saco de 50 unidades les cuesta Bs. 60 mil. “Los cocos se han vuelto muy costosos y en oportunidades salen tiernos y no sirven para hacer los dulces”, aseguró Zulma Quintero, quien vende dulces en su casa.
Otra de las tradiciones es comer buñuelos, que también está en riesgo de perderse pues para su elaboración se necesitan grandes cantidades de aceite que no se consigue a precio asequible.