María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- En sectores como salud, educación y en empresas como Corpoelec y Venezolana de Cementos el déficit de personal es notorio. La falta de un sueldo que cubra las necesidades más básicas, beneficios sociales y equipos para laborar han desencadenado una masiva renuncia de trabajadores que ubica entre un 20 y un 60% de puestos vacíos, siendo mano de obra calificada y profesionales especialistas los que más huyen.
Unos migran a otros países, otros optan por trabajar en empresas privadas, pero también están los que se van al comercio informal en busca de un mejor salario para poder vivir. Corpoelec es una de las empresas donde registran mayor porcentaje de déficit de personal; según estimaciones de Alberto Perozo, secretario de reclamo de la empresa eléctrica, de 2500 empleados que había hace 5 años sólo quedan 1000, lo que equivale a una reducción de la nómina en un 60%.
«La mayor cantidad de renuncias se registra en la mano de obra calificada, lo que nos afecta porque ya no podemos atender solicitudes de inmediato, duramos días y semanas», dijo Perozo, argumentando que uno de los motivos es el bajo salario, pues un liniero (electricista) gana $10 quincenal, mientras que un ayudante devenga $2 semanales.
Lo mismo se ve reflejado en Venezolana de Cementos, en donde el déficit de personal se ubica en un 20%. De casi 3000 trabajadores pasaron a tener 554, afirmó Orlando Chirinos, presidente de la Federación de Trabajadores del Cemento (Fetracemento). Agregó que sin duda alguna el bajo salario que se ubica en 1.5 dólares mensuales es el principal motivo; sin embargo, también repercute la falta de seguridad social y dotación de equipos. «Hay trabajo forzoso, los obligan a ir o sino los suspenden», denunció.
En el caso de educación y salud hacen estimaciones de un 40% de déficit de personal. En ambos casos es un aproximado, tomando en cuenta que muchos no se han incorporado a las clases presenciales, sino que están a distancia, mientras que en el área de salud no todos asisten y algunos no renuncian, sino que abandonan su cargo.
Alberto Domínguez, presidente del sindicato del Seguro Social (IVSS), explicó que una enfermera puede ganar al menos Bs. 50 al mes y un médico un poco más, cuya cifra no representa una estabilidad para el trabajador que se debe esforzar el doble ante la ausencia del personal. «Por eso, muchos se van al comercio informal o la empresa privada», agregó que sin duda alguna también prefieren salir del país.
Naudi Pereira, economista, explicó que las renuncias del personal repercute tanto en la empresa como en el país, porque disminuye la actividad económica «y su vez incrementa la hiperinflación, generando más pobreza».
Los trabajadores agregan que ellos devengan bonos a través del carnet de la Patria, como el de Alimentación y Transporte por Bs. 46 y a veces les entregan una bolsa de comida, pero aseguran que si bien es cierto que es una ayuda no satisface ni siquiera las necesidades básicas que puedan tener.
Perseguidos
Orlando Chirinos, de Fetracemento, explicó que aquel trabajador que pelee y reclame por sus beneficios económicos y sociales es perseguido, hasta el punto que le abren expedientes administrativos sin ninguna razón o los suspenden de su trabajo, lo mismo sucede en Corpoelec y en los demás sectores. Por ejemplo, los docentes los trasladan de manera inconsulta y sin previa notificación sólo por exigir sus derechos laborales como trabajadores.