Joelis Sosa Alvarado | LA PRENSA.- “Buenos días este mensaje es de parte de la Aduana Marítima de Vargas, departamento de remate del Seniat y/o registro nacional del contratista y encomiendas, Hogares de la Patria, para la gente de: (Nombre de la empresa), Por favor comunicarse con nosotros a través de los siguientes números: 0212-3141539, 0212-4190950, 0212-3115454, o al corporativo, 0412-5788207. Preguntar por el licenciado. Hernán Escalante, asunto a tratar, remate de equipos electrónicos”.
Estas líneas llegaron por medio de un mensaje de texto al teléfono corporativo de Juan Ramos, dueño de una reconocida empresa del estado Lara, quien por curiosidad comenzó a llamar a los números enviados para indagar y saber de qué se trataba, pero al ver que la situación no estaba totalmente clara, pues le pedían un número personal para poder comunicarse con él, prefirió ver más allá de la situación y seguir indagando hasta que al momento de colocar los números en Internet se encontró con la palabra “estafa”.
Los números están relacionados con comentarios negativos, como que le pertenece a Orlando Echeverría que se hace pasar por funcionario de Aduana y vende mercancía que nunca recibirás.
Las personas aseguran que el hombre pide que transfieran el dinero y si les dices que quieres ir a hacer un depósito, te hace llegar a una dirección y te secuestra para quitarte el dinero.
Como este y otros tantos mensajes y situaciones similares un grupo de estafadores ha logrado engañar a varios larenses, que por ingenuidad y necesidad caen en el juego de quienes sólo buscan beneficiar sus bolsillos.
Estas personas manejan un sinfín de tácticas para engañar a quienes con su confianza y buena fe responden, luego de que quien recibe el mensaje atiende el llamado no puede salir de ellos, porque con una intensidad “brutal marean a las personas” hasta lograr su objetivo. Durante los últimos años en Venezuela las estafas por internet y vía telefónica han crecido.
Desde el 2016 comenzó a rodar por las redes, pero este 2017 ha crecido con más intensidad a propósito de la difícil situación del país, pues las personas por necesidad hacen lo que le piden por encontrar la cosa fácil.
No solamente estafan por medio de mensajería de textos, sino también por medio de las redes sociales que son usadas para ofertar mayormente teléfonos, dólares, electrodomésticos y hasta productos de la canasta básica.