Daimar Díaz – LA PRENSA de Lara.- Pese a que la fachada y áreas cercanas a la plaza se encuentran limpias, el pueblo de Santa Rosa soplará 438 velitas sintiéndose abandonados, pues sus habitantes aseguran que sólo se acuerdan de ellos en el mes de enero, previo a la procesión de la Divina Pastora.
Por la falta de electricidad algunos vecinos de la zona han optado por realizar tomas clandestinas desde sus hogares y llevarlas hasta algunos faros de la entrada para que esta no este en total penumbra.
José Arenas, cronista de la localidad, expresó que Santa Rosa se encuentra en las peores condiciones de los últimos años, no sólo por el descuido de los entes gubernamentales, sino por la apatía de sus habitantes. «La gente se cansó de denunciar el deterioro de nuestro pueblo, tanto que ya se conformó a vivir en las condiciones actuales», aseveró.
Bancos partidos, un palomar caído y la fuente sin funcionar, son algunos de los deterioros que presenta la plaza, y a esto se le suma que desde hace dos años la espada que portaba la estatua del Libertador se vino al piso y hasta la fecha no la han regresado a su lugar.
Sigue paralizado
A inicio de año la Gobernadora Carmen Meléndez anunció que retomaría el proyecto de crear un estacionamiento que facilitara la estadía de los turistas y visitantes del templo de la patrona de los larenses. Se veía como un proyecto ambicioso y de gran proyección, sin embargo los santarrosenses aseguran no haber visto a ningún obrero o miembro del gobierno regional acercarse a la zona.
David Muñoz manifestó que los materiales que habían sido dispuestos para esta obra han ido desapareciendo y considera que lo poco que se había realizado en cualquier momento se puede desplomar. «Un año más de esa estructura llevando agua y sol y se viene al piso», aseveró con profunda preocupación Muñoz.