Evana Materán | LA PRENSA.-Parados bajo el sol y perdidos entre el gentío. Así estaban los abuelos, discapacitados, mujeres embarazadas y con niños en brazos quienes intentaban incorporarse a la cola para sacar el Carnet de la Patria. Querían asegurar bonos, alimentos y medicinas que entregan sólo con este documento.
Se armaron de paciencia en medio del desorden que rodeaba la plaza Bolívar. Aunque la cola daba cuatro vueltas, la gente no quería irse sin el “anhelado” carnet. Betsy Asuaje comentó que apoyaba al gobierno nacional y esperaba que al tener el carnet le llegarán Bs. 500 mil de bono. Otros a su alrededor estaban casi obligados porque necesitaban el carnet para trámites institucionales.
Las 8: 00 am era la hora pautada para que arrancara la jornada, pero una hora después el gentío seguía acumulado en la entrada de la plaza, frente a la alcaldía, todos querían pasar. Los funcionarios de la PNB lo impedían, intentaban mantener el orden.
Los discapacitados mostraban informes médicos, pero los demás no abrían el paso. “Estamos aquí desde el jueves, no se pueden colear”, expresó Javier Terán, quien veía a un grupo de sordomudos intentando conseguir ventaja en la cola.
Entre las quejas de los guaros se escuchó a un hombre pidiendo apoyo de primeros auxilios. Una señora de avanzada edad se había desvanecido, pero los que estaban alrededor ni prestaron atención.
“Dios mío, señor, hasta cuándo”, expresó otra abuela que ya estaba cansada de permanecer parada en la cola. Así como ella habían más adultos mayores que sentían indignación. “Nosotros no podemos emigrar por eso nos calamos esto”, añadían.
Descansaban por rato en sillas o cartones, mientras bebían agua para refrescarse. “Trajimos hasta panes para aguantar”, manifestó Santiago Camacaro quien ya sentía el hambre con el pasar de las horas.
Después de las 11 de la mañana comenzaron a atender a la gente. Una señora que se encontraba a punto de pasar afirmó que el proceso se detuvo un rato más.