Ana León | LA PRENSA.- A Eliana Viloria se le hace muy difícil comprar un racimo de uvas sólo para cumplir con el típico ritual de los 12 deseos antes del fin de año, pues los precios de la fruta oscilan entre los tres mil y diez mil bolívares el kilo, dependiendo de si son nacionales o importadas.
“Las tradiciones se están acabando, ¿cómo hace uno para mantenerlas si cada año es más difícil que el anterior? Si seguimos así el año que viene ni un bollo nos vamos a poder comer”, comentó con tristeza Viloria, quien luego aseguró que durante muchos años cumplieron con el ritual de las uvas y las lentejas en su casa, pero que este año la situación será completamente diferente.
Los rituales de fin de año como comer las 12 uvas, salir con las maletas a la calle o usar la ropa interior amarilla están quedando casi en el olvido. Un grupo de personas consultadas aseguró que de intentar cumplir con alguna de ellas seguramente harían las 12 uvas o la de las maletas porque el resto de los rituales presentan un gran gasto que quieren invertirlo en otras cosas como la cena. Otras personas como Luis Rivero hicieron el sacrificio necesario para mantener esas tradiciones y rituales vivas en sus hogares.
“En parte sí vamos a cumplir con los rituales de fin de año, a pesar de la economía del país que hace que sea muy difícil adquirir cosas como un pernil o un racimo de uvas. En mi casa logramos comprar algunas cosas y vamos a intentar cumplir con la tradición y los rituales pues queremos mantenerlos vivos hasta donde podamos”, dice Rivero. Para otro grupo de consultados los rituales de fin de año nunca fueron importantes y por lo tanto no les genera molestia la falta de ellos durante la fiesta. Aseguraron que el único ritual y tradición que desean seguir cumpliendo es el compartir juntos en familia durante las celebraciones decembrinas.
“Este año entre toda mi familia reunimos para comer hallacas, torta navideña, pan de jamón, ensalada de gallina y pernil. Mi tradición y mi ritual principal consiste en llamar a algunos familiares lejanos y compartir en familia el día porque eso es lo más importante”, destaca Katherine Torrealba. Entre los consultados estaba una persona colombiana que destacó que ese tipo de tradiciones o rituales en su casa tampoco la cumplen pues no creen en supersticiones.
“Siempre tenemos buenas expectativas para el año venidero y por eso no necesitamos de rituales. El ritual de las maletas lo hice una vez sólo como un juego porque no creo en eso”, admite Sergio Raigoza. Para este 31 de diciembre la expectativa de los consultados no es tanto hacer los rituales sino tener la posibilidad de compartir en familia el último día del año.