Osman Rojas | LA PRENSA.- Regular la gasolina en el estado es una utopía. Aunque todas las estaciones de servicio tienen pegada la gaceta que dice que son sólo 30 litros por carro, no todas las estaciones cumplen con esto.“Si hay policías ponen 30 litros, pero si no uno habla con el bombero y listo”, comentó el señor Alirio Martínez, mientras esperaba para poner gasolina en una de las estaciones de servicio ubicada en la avenida Las Industrias.
El conductor dice que se ha convertido en todo un “especialista” a la hora de cazar la gasolina. Según la experiencia de Martínez si hay policías en la bomba es imposible colocar más de 30 litros en el carro, pero si la estación no está vigilada los conductores hacen fiesta.
Lo que el Gobierno quiere hacer es una ridiculez. Nosotros no podemos estar como si fuésemos traficante de combustible en la frontera. El tanque debe llenarse y eso aligera las colas porque muchos salen de una bomba para otra”, dijo Martínez.
La Prensa realizó un recorrido por la ciudad para ver si en verdad la restricción en cuanto a la venta de gasolina se estaba cumpliendo. En total el equipo reporteril de este diario visitó 10 estaciones de servicio entre el este, oeste y centro de la ciudad y en cinco de ellas los bomberos colocaban gasolina con normalidad.
La gente se amotina si uno le dice que no, aquí no hay quien defienda a uno si hay algún enfrentamiento. Si el Gobierno quiere regular la venta de gasolina en todas las bombas debe primero garantizar la seguridad en todas”, comentó Jaime Suárez, trabajador de una estación de servicios ubicada en el centro de la ciudad.
La única regla que se respetó en las estaciones que no estaban custodiadas fue el de la venta de bidones, pues se pudo conocer que de ser sorprendido en este acto el trabajador irá preso.