Osman Rojas | LA PRENSA.- La exigencia de los médicos del Hospital Central es clara: una comisión de la Defensoría del Pueblo debe instalarse en la Emergencia del Antonio María Pineda de forma permanente.
Para los especialistas, las condiciones en las que se encuentra el centro médico son inhumanas y no denunciar esto sería convertirse en parte del problema no de la solución.
“Ya basta de que seamos nosotros los que respondamos por cada cosa que pasa en el Antonio María Pineda. Si alguien muere es culpa nuestra, si no hay jelco es culpa nuestra y el Gobierno ¿cuándo da la cara?. Que venga una comisión de la Defensoría y que se instale para que cada familiar vaya y le llore a ellos”, dijo el médico Antonio Franco, médico adjunto en la Emergencia del Hospital Central.
Las declaraciones de Franco fueron recibidas con beneplácito por el grupo de médicos residentes, quienes secundaron la propuesta del especialista alegando que se sienten frustrados cuando un enfermo muere en sus manos por no tener insumos para ser tratado.
“Todo lo que está pasando en los hospitales del país es culpa del Gobierno nacional. Ellos juegan a esto, no les importa la salud. Mandan insumos por mandar sin hacer un estudio de lo que realmente necesitan las instituciones. Esto es lamentable y vergonzoso”, soltó Franco.
René Rivas, epidemiólogo, aplaudió la valentía de Franco y también cargó contra el Gobierno nacional al decir que el “motor farmacéutico se fundió antes de arrancar”.
“Los militares están en el hospital desde el pasado dos de noviembre y yo le pregunto a los médicos de aquí qué ha cambiado en la institución desde entonces. La realidad es que los familiares deben seguir comprando insumos para salvar a los enfermos”, sostuvo Rivas.
Por decisión unánime, los médicos en el Hospital Central resolvieron no dejarse revisar ni los bolsos ni los carros por parte de los militares en el Central. “No somos ladrones”, concluyeron.