Víctor Rodríguez | LA PRENSA DE LARA – Con una protesta pacífica, silenciosa y respetando todas las medidas de salud para prevenir el contagio de la& ;COVID-19, vecinos de la urbanización Piedras Blancas, al oeste de Barquisimeto, reclamaron solución a las fallas de servicios públicos, sobre todo del gas.
La particularidad que tenía esta manifestación es que en cada casa de la urbanización estaba un cartel pegado que iba directo a los entes gubernamentales. «Queremos gas», se leía en la mayoría de los mensajes colocados en las rejas, portones e incluso en un camión.
«Estamos siguiendo todas las normas de prevención. Nos quedamos en nuestras casas, pero hace más de cinco meses que tenemos pidiendo el gas y los responsables hacen caso omiso. Solamente los enchufados tienen el beneficio. La gobernadora nos mandó un combo: no hay gas, no hay luz, no hay agua», denunció de manera contundente Rafael Mendoza que está cansado de los atropellos en los servicios públicos.
Y es que desde hace más de medio año que el gas doméstico brilla por su ausencia. La mayoría de los habitantes de la zona responsabilizan a los representantes de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) Morelza de Orozco y Franklin Suárez.
Hoberto Pérez explicó que tienen una denuncia, que ya fue presentada en el Ministerio Público debido a que entregó dos cilindros a los encargados del CLAP durante un operativo para llenarlos de gas, pero nunca más vio las bombonas desde el 23 de diciembre del año pasado. «Me tumbaron los cilindros y ya tengo seis meses sin gas», apuntó Pérez.
Otra de las quejas de las más de 390 familias que habitan en Piedras Blancas, es que la semana pasada, supuestamente, un camión de Pdvsa Gas bajó 18 bombonas llenas y las descargó en la casa número 28, casualmente en casa de uno de los representantes del CLAP. La respuesta fue que el camión se quedó accidentado y tuvieron que dejar las bombonas allí.
«El señor dijo que era responsable de una empresa y que el camión se le accidentó. Es una irregularidad, nos sentimos humillados de que un activista de la Misión Vivienda se beneficie con esas bombonas, pedimos una pronta solución y respuestas positivas», añadió José Ramírez.
La mayoría de los vecinos son personas de la tercera edad que tienen también nietos e hijos y tienen que ingeniárselas para poder cocinar. Muchos usan cocinas eléctricas, pero con los racionamientos de hasta seis horas diarias se les complica demasiado, otros tienen que cocinar en leña.
«Mi mamá es paciente oncológico, se nos complica mucho el día a día, pero la gobernadora dice que todo está bien. Me tengo que levantar a las 4:00 de la mañana para hacer desayuno a los niños con la cocina eléctrica y algunas veces nos acostamos sin cenar porque no hay luz», aseguró Francis Ortiz agotada de la falla en los servicios públicos.
De seguir con el problema, vecinos saldrán a la calle sin importar el confinamiento porque ya están cansados.
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