José Sequera | LA PRENSA.- Comercios que se ubican en zonas de constantes trancas y protestas contra el Gobierno nacional tienen dos meses guindando porque las ventas le han bajado hasta un 60% además de que viven en angustia e incertidumbre.
Dueños de panaderías, pizzerías, charcuterías y puestos de comida rápida tanto de Barquisimeto y Cabudare han expresado que sus negocios están en riesgo porque como no producen lo mismo además de que no tienen como pagarle a sus empleados y ni como volver a comprar mercancía.
“Yo antes vendía 500 mil bolívares en un día normal, en uno muy bueno quizás llegaba a 800 mil, pero ahora hay días que no llego ni a 150 mil”, confesó un comerciante ubicado en la urbanización El Obelisco, uno de los principales focos de manifestaciones de Iribarren.
Susurró que los comercios que se ubican desde la Libertador con 54 hasta la Pedro Leon Torres deben cerrar antes de las 3 de la tarde para evitar cualquier tipo de afectación por las protestas, mientras que los que abren de noche ni suben las santamarias.
“La dueña de un comercio de por acá cerca dijo que iba a vender todo lo que tenía y que después cerraba, porque no tenía como poder mantener su negocio”, precisó el consultado.
Especificó que él se ha cuidado mucho las espaldas por su negocio, porque hay algunos de los protestantes que le han dicho que no están de acuerdo que esté abriendo.
“Uno entiende que por la situación ellos quieran protestar, pero también entendernos a nosotros porque proveemos nuestras casas, tenemos a una familia a la cual mantener”, aseveró.
La situación en el este de Barquisimeto es igual o peor, porque es en esa zona donde las protestas han sido mucho más frecuentes y rudas. Algunos puestos de comida rápida de la avenida Lara se han quejado por las bajas ventas que tienen.
“Hay noches que solo vienen cuatro o cinco personas, porque no pueden llegar a las trancas”, comentó el encargado de un puesto de comida rápida.
Observó que lo que más se ha dificultado para ellos es la distribución de los productos que utilizan para hacer todos los platos, porque hay veces que los camiones tienen que hacer maromas.
“Uno en ocasiones habla con los que trancan para que nos dejen pasar el camión que nos trae el pan, pero hay veces que no quieren porque dicen que vamos a abrir y que no colaboramos con la resistencia”, resaltó el joven.
Narró que en una ocasión, en los primeros días de protestas, se formaron enfrentameintos en frente del establecimiento, y tuvieron que meterse tanto el personal que labora como los clientes para la cocina por el gas lacrimógeno.
Mencionó que han tenido que lidiar con algunas amenazas de manifestantes, ya que estos le dicen que si el local abre cuando se tiene planeado trancar, les van a saquear y quemar el negocio.
“Yo no estoy a favor del gobierno, pero que se comentan actos vandálicos sin sentido es algo que no se puede apoyar”, replicó el joven. Sin embargo, los comercios coincidieron en que esperan que todo acabe pronto.