Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La preocupación está latente en la familia con el incremento de adolescentes que padecen de ansiedad, estrés y depresión por los cambios forzados a casi dos añ;os de pandemia por covid-19. Desde Projumi atendieron a 65 menores en 2021 con especialistas en estos trastornos mentales por las limitaciones de socialización y por consumo de bebidas alcohólicas o estupefacientes. Mientras la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registra deficiencias en más de 10% en seguridad alimentaria, fallas en control de salud y como víctimas de violencia intrafamiliar, cuando sus padres o cuidadores drenan la carga negativa sobre los menores.
Los menores han estado cubiertos por una red fatal. Venezuela registró 3.738 menores fallecidos en muertes violentas en 3 añ;os, según un informe de Cecodap con datos del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) hasta agosto de 2021. Lara con 26 decesos en dicho lapso. Un clima sumado a los cambios por el vaivén de cuarentena y flexibilización, sin la debida presencia con disciplina y afectos de padres. Fueron nuevos hábitos que sacrificaban ese espacio de libertad por la interrupción de clases presenciales y hasta generó estrés en el proceso de adaptación al formato virtual con los padres, improvisando en un rol docente.
Expertos en psicología explican que la casa terminó convirtiéndose en una especie de celda, con la ausencia de algunos de los padres. Centro de quejas por el estrangulamiento económico por la baja de ingresos que puede terminar en violencia y teniendo el único escape a las redes o internet, que al llegar al abuso empieza a desviar la conducta del menor en una edad tan atractiva para la curiosidad o rebeldía.
Los desafíos no se limitan a cabeceras del grupo familiar, sino a los hijos que puedan terminar de callarse ese estado de ánimo y reventar en un grave dañ;o en su desarrollo emocional, siendo ignorados por los adultos, quienes sólo se interesan en resolver los problemas del día a día y sin darse cuenta que pueden arrastrarlos entre las penurias o descargar sobre ellos tanta ira e impotencia.
El último informe actualizado de la OPS sobre los riesgos de los niñ;os y adolescentes hasta el 30 de diciembre de 2021, revela esa amenaza latente a partir de la seguridad alimentaria con más de 10% en estado de desnutrición, sin servicio fijo de agua y padeciendo recaídas por enfermedades entre los menores de Lara, Zulia, Anzoátegui y Apure. Las fallas en control de salud fueron más recurrentes por ansiedad y estrés sin la accesibilidad desde el sistema sanitario público, además de 727 casos a nivel nacional de afectados por violencia en ese ambiente hostil desde el hogar en los momentos de mayor confinamiento y de presión por la necesidad socioeconóm