William Croes | LA PRENSA.- La militarización de al menos 31 empresas privadas de producción en la entidad y la destitución de Miguel Pérez Abad son síntomas de radicalización de un modelo que ha llevado a la quiebra al país y que no cree en el empresariado, es la visión de Alberto Gámez, presidente de Fedecámaras Lara.
Sobre el funcionamiento de la Misión Abastecimiento Soberano, Gámez explica que durante el tiempo que han estado metidos de lleno en las empresas no han podido acabar con las colas, y lo que han logrado es atacar a los empresarios e intimidarlos sin ver un resultado tangible.
“Tienen todas las empresas controladas, hacen una inspección exhaustiva en la cadena de distribución, pero lo que no terminan de entender es que hay carencia de materia prima para aumentar la producción”, asevera Gámez, quien estima que no hay intención por parte del Gobierno de fomentar un acercamiento con el sector empresarial.
Un síntoma del divorcio entre empresarios y Gobierno es la destitución del ministro de economía Miguel Pérez Abad, quien a juicio de Alberto Gámez y de Giorgio Renni, tuvo intenciones en generar mejores condiciones que permitieran sacar del atolladero la economía venezolana.
“La libertad de mercado y la propuesta de devolver las empresas expropiadas a antiguos dueños no fue bien concebida por el ala radical del Gobierno”, expresa Gámez, quien asegura que aunque Pérez Abad no era “santo de su devoción”, con su visión empresarial pudo generar un avance que, aunque leve, fue bien visto debido a las políticas erradas de años anteriores.
Giorgio Renni, presidente de la Cámara de Industriales del estado Lara, asegura que ciertas posturas de apertura de Pérez Abad no fueron bien vistas por los actores del Gobierno por lo que se afianzará la radicalización.