Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- La escasez de servicios básicos en Lara está golpeando fuerte el bolsillo de quienes viven en edificios, pues los condominios vienen presentando altas tarifas luego que los administradores se han visto obligados a comprar en el mercado paralelo el agua a través de cisterna y gas doméstico a bachaqueros, a lo cual se suman el alto costo que registran la energía eléctrica y la televisión por cable.
En un recorrido que hizo el equipo reporteril de LA PRENSA por varios de los edificios de la ciudad se pudo constatar que el servicio que es más deficiente en estas estructuras verticales es el agua, por lo cual deben comprar cisternas cada semana, las cuales pueden llegar a costar entre 10 y 25 dólares dependiendo la cantidad de litros y frecuencia, esto al mes puede sumar más de 100 dólares.
«Cada mes se estima un monto aproximado para el agua que se calcula en base al monto del mes anterior y esta se refleja en los recibos, si no se llega al monto que estimamos ese mes, el dinero que cancelan los propietarios queda guardado, sino alcanza entonces debemos pedir una cuota especial para poder cubrir el monto, por eso los recibos pueden cambiar», aseguró Marjorie Gahona, encargada del condominio de la Torre Ibiza, en el oeste.
Otros conjuntos residenciales además de tener que comprar de manera interdiaria debido a que hay mayor número de apartamentos, sin embargo han tenido que aplicar medidas de racionamiento para poder rendir el agua. «Hemos tenido que aplicar un racionamiento en el edificio porque el agua no es constante y el pedir cisternas todos los días no es rentable. Es preferible tener poca agua que tenerla toda una mañana y agotar las reservas», aseguró Leonardo Giménez administrador de la torre Bello Campo al oeste de la ciudad, quien añadió que en el edificio sueltan el agua tres veces al día por media hora.
Giménez detalló que esta torre cuenta con 48 apartamentos y que el precio del condominio aumenta debido a que los cisterneros aumentan el costo de sus servicios. En el mes de noviembre el recibo en este edificio les llegó a los propietarios en un monto alrededor a los 8 mil bolívares, mientras que en el mes de diciembre aumentó a 15 millones, cifras que aunque dividen entre todos los apartamentos, resulta un golpe duro al bolsillo.
Otro de los grandes problemas que aqueja a estos conjuntos residenciales es la falta de gas doméstico, los residentes han tenido que adaptarse y comprar las cocinas eléctricas, mientras esperan por Gas Lara, sin embargo, a veces lo compran bachaqueado con billeticos verdes por delante para poder tener el servicio y garantizar la comida cuando se va la luz. Hay edificios donde les llenan la bombona que surte el edificio en 50 dólares, cifra que también crea un recargo en las facturas finales.
Fijan prioridades
Administradores de los edificios señalan que a veces han tenido que dejar de hacer arreglos en el edificio como pintar una pared, cancelar servicios de jardinerías, o la limpieza de áreas comunes, entre otros para poder minimizar los gastos y así no incrementar el costo del condominio.
En edificios del este señalan que la tarifa del condominio se ha mantenido desde hace algunos meses, sin embargo mensualmente o cada dos meses deben cancelar una cuota especial para hacer algunos arreglos, como el mantenimiento del cerco eléctrico y otras reparaciones que se necesiten en el edificio.
No les ofrecen soluciones
Encargados del condominio aseguran que se han acercado hasta la sede de la hidrológica del estado pero no han obtenido respuestas favorables.
Glenny Pérez, quien pertenece a la organización del condominio en las torres Bello Campo asegura que antes podía disfrutar del servicio con normalidad, pero que desde hace algún tiempo para acá el servicio es inconstante y no es suficiente para llenar los tanques del edificio.
«Fui a Hidrolara porque antes el agua llegaba lunes, miércoles y viernes pero ahora dependemos es de las cisternas que se piden interdiarias para el edificio», aseguró Pérez, quien también denunció que hace algunos años unos vecinos del sector realizaron un trabajo el cual ocasionó que al edificio no llegara al agua con suficiente presión.
«Antes no nos afectaba porque el caudal de agua era más grande, pero ahorita nos vemos muy afectados«, finalizó Pérez quien espera soluciones.