María Hurtado | LA PRENSA.- ¿Qué?, manifestó a toda voz y con gran sorpresa Esperanza Giménez, cuando se percató que un par de chancletas ya cuesta 800 mil bolívares. “Prefiero andar descalza o remendar las viejas”, expresó en medio del estupor. Y es que se necesitan más de dos sueldos mínimos para comprar este calzado que desde julio del año pasado ha incrementado su costo en más del 50%.
Giménez se gana la vida como trabajadora doméstica y cuenta que con lo que gana sólo le alcanza para comer. “Yo no puedo darme el lujo de comprar unas chancletas a ese precio, prefiero comprar comida”, señaló.
Rafael Flores, un comerciante, manifestó que desde noviembre no compra chancletas, cuyo precio no llegaba a los 200 mil bolívares. Sin embargo, dijo que la calidad ha bajado mucho, al punto que se dañan con mucha facilidad. “Las últimas que compré tuve que remendarlas”, dijo.
Gisela González, encargada de una tienda, explicó que las ventas han bajado en un 80 %, pues “la gente entra, mira, pregunta el precio y se va”. Detalló que en el 2017 la exhibición cambiaba semanalmente, ahora el inventario dura hasta un mes en el mostrador.
Ante esta situación, comerciantes han tenido que reducir el personal a la mitad e incorporar a la venta morrales y zapatos casuales para ganar clientes.