Cristina Linárez | LA PRENSA.- “La situación del país nos ha dado duro, ya ni un café con leche nos podemos tomar”, dijo Mirlay Mendoza, una guara que asegura que con su salario no puede comprar un litro de leche ni siquiera una vez a la semana.
Aunque estuvo desaparecida por un tiempo, la leche, en su presentación líquida, volvió a los anaqueles, pero a un precio incomprable. El valor varía de mil 600 bolívares hasta 4 mil 500, dependiendo si es pasteurizada, completa o descremada.
Las madres son las que más sufren con estos precios estratósfericos. Dar un vaso de leche o batir algún cereal para su bebé quedó limitado a una vez por semana, si acaso. Algunos guaros señalan que compran la leche una vez al mes, porque su costo se lleva gran parte de la quincena.
“Yo compro una vez al mes para no perderle el gustico, pero ya está subiendo de precio en un abrir y cerrar de ojos”, expresó Nancy Tovar.
En un recorrido realizado por diversos comercios de la entidad larense, se pudo constatar que la leche de un litro en diversas presentaciones está en mil 600 bolívares, mientras que la de 1.8 litros cuesta 3 mil 800 bolos.
Sin embargo, quienes prefieren las que son bajas en grasa deben pagar un precio más alto por un envase con menor cantidad a 4 mil 500 bolívares.
Le sacan el cuerpo
El lácteo, pero en su presentación en polvo es otro producto codiciado por los venezolanos, pero un gusto que muy pocos pueden darse.
Un pote de 900 gramos puede llegar a costar hasta 12 mil 250 bolívares, lo equivalente a nueve días de salario.
“Vi la leche en polvo marca Campestre en 12 mil 250 bolívares, había mucha, pero nadie se la lleva por su precio”, lamentó Mariana Delgado.
En los supermercados se ven los lácteos en polvo, pero los guaros le sacan el cuerpo porque salen muy caros y les dura un máximo de dos días en la cocina.
“La otra vez compré un pote y se me fue en un santiamén. No vale la pena porque se gasta mucho dinero”, lamentó Delgado.