Euseglimar Gonzalez | LA PRENSA.- “Los policías tenemos que vivir remendando el uniforme porque no nos han dotado más”, es lo primero que dice un funcionario cuando se le pregunta acerca de los uniformes decolorados, botas rotas y chalecos antibalas vencidos.
Los funcionarios de la Policía estadal de Lara (Polilara) y Policía Municipal de Iribarren (PMI) tienen que buscar a sus costureras y zapateros de confianza para que les haga arreglos porque la plata no les alcanza para adquirir las piezas nuevas.
Cuentan funcionarios de Polilara que la Gobernación de Lara no les ha entregado nuevos uniformes desde 2014. Detallan que la última dotación fue el 21 de mayo de 2014 y les otorgaron uno por cada policía.
Un uniforme reglamentario de un policía podría costar desde 300 a 500 mil bolívares entre la camisa, el pantalón, las botas, correaje, chaleco, pistolera, bombache y muslera. Cuentan que con los bajos sueldos no se pueden comprar las indumentarias necesarias.
Muchos de ellos han optan por pagar entre 25 a 30 mil bolívares para reparar sus botas antes que comprar una nueva que rondan los 50 mil bolívares. Además compran wiki-wiki de color azul y pintan los pantalones del uniforme y mandan a restaurar los forros de los chalecos antibalas.
“A diario recibo de tres a cuatro policías que llegan al taller para mandar a reparar las botas”, comentó Carlos Pérez, propietario de la empresa Fabripol que se dedica a la fabricación y restauración de botas, detrás de la Catedral.
Detallan los policías que sólo a un “grupito” le dan uniformes cuando hay un acto con el gobernador Henri Falcón.
En cuanto a los polimunicipales pese a que la data sólo es de 312 funcionarios también se las ven negras en cuanto a la dotación. Entre las cifras destacan que un uniforme para ellos está valorado entre 140 y 150 mil bolívares y cada oficial debe tener dos indumentarias.
“¿Como compramos un uniforme si cuesta casi cuatro salarios mínimos?. En 2015 fue la última vez que recibimos dotación. A veces uno tiene que andar con los pantalones decolorados”, sostuvo un policía.
En Polilara hay 4 mil 645 funcionarios activos, quienes cada vez se les hace más “difícil” creer que el día del policía tendrán una “pinta” nueva para celebrar. Recuerdan que cuando hay ascensos o actos deben comprar pantalones y camisas para no dar “lastima”.
No solo la dotación de uniformes es lo que hace que los funcionarios se quejen. La poca distribución de municiones a las instituciones hace que ellos no resguarden tantas zonas de Lara.
“Ya no nos dan tantas municiones como antes. A veces tenemos que comprar con nuestro dinero para poder mantenernos seguros en un sitio”, sostuvo una oficial.
Oficiales comentaron que a veces los delincuentes están más dotados de municiones que hasta ellos mismos, por lo que deben desembolsillar de su bolsillo para hacer frente a los choros en diferentes comunidades y zonas del estado.
Las prácticas oficiales han disminuido para todos los cuerpos de seguridad. Los funcionarios indicaron a La Prensa que ya no van al polígono de tiros con frecuencia.
Además ya no están entrenando y ejercitándose como antes para estar preparado ante cualquier irregularidad, supuestamente no lo exigen como en años anteriores.
Protestaron que el único cuerpo de seguridad que siempre es dotado es la Policía Nacional Bolivariana (PNB).