Ana Uzcategui | LA PRENSA de Lara.- La psicóloga social Hisvet Fernández, asegura que la población ha dado muestras de no acostumbrarse a la dosis diaria de fallas en servicios públicos. El descontento se evidencia por la cantidad de venezolanos que han migrado, que según estimaciones de la Organización de Estados Americanos, podrían ser de ocho millones en diciembre. La inconformidad de lo que ocurre, también ha disparado la tasa de suicidios. Cifras del Observatorio Venezolano de la Violencia indican que de haber una tasa de cuatro casos por cada 100 mil habitantes en 2018, este año se han contabilizado 19 suicidios por cada 100 mil personas.
«Para no volverse locas las personas terminan buscando opciones que les permita adaptarse. Si no tienen gas la alternativa es la cocina eléctrica, si quitan la electricidad, acuerdan hacer todo más temprano. El venezolano tiene la cualidad de ser flexible a los cambios y eso lo hace ser muy fuerte», expresó.
Considera que el país se encuentra «paralizado» por las consecuencias de no contar con garantías políticas para protestar. «El diagnóstico de Venezuela si fuera un paciente, es parecido al de una mujer víctima de violencia de género, que sigue atada a una pareja maltratadora, por temor a dejarla». Asegura que los ciudadanos han drenado sus molestias en las redes sociales, al denunciar cada vez que les cortan la electricidad dan muestra de desahogo.