Joelis Sosa | LA PRENSA.- Los pies desgastados, pero el ánimo entero. Calza unas alpargatas, viste una bermuda beige y una guayabera blanca que tiene escrito con marcador “paz”, y un sombrero con el mismo mensaje, así anda “el caminante de la paz” como muchos lo llaman, pues desde hace un mes decidió caminar por la paz y la libertad de Venezuela.
Su travesía comenzó en San Fernando de Apure; las mañanas las usa para caminar, hace una pausa al medio día para comer y llenarse de energía y así continuar su recorrido hasta que la oscuridad lo atrapa. Duerme donde lo agarre la noche, asegura que muchas personas se han solidarizado con él y le dan alojamiento, comida, agua y hasta le regalan obsequios. Su nombre es Pedro Vásquez, es gocho de nacimiento pero larense de corazón, pues su madre es de Duaca y parte de su vida la ha vivido aquí.
Este hombre de 59 años de edad carga consigo la bandera tricolor, una toalla vinotinto, un bastón que dice “está bendecido por los santos” y lo usa de protección, al igual que una fonda que le regalaron en su andar que es usada para defenderse a pesar de que cuenta que no le ha pasado nada “he sido protegido por Dios y la virgen”, afirma. También carga “la chela” que es especie de un cacho que describe es su pata de la suerte y un peluche de un mono guindado en el cuello, lleva un envase plástico amarrado con una liga que usa para beber agua.
“Pasé por Achaguas, Mantecal, Barinitas, Barinas, Guanare, Acarigua y llegué hace dos días a Lara. Todo este sacrificio traerá su recompensa; Venezuela volverá a ser la de antes”, dice esperanzado mientras mira sus talones y piernas que asegura le duelen, pero a pesar de ello continuará caminando por su país. “Soy gocho y ando arrecho, esto tiene que acabar”, dice mientras explica que su próximo destino es Caracas.