Osman Rojas | LA PRENSA.- El pabellón del Hospital Pediátrico recibió el 2017 con las luces apagadas, puertas cerradas y pasillos vacíos. Una pequeña filtración que se hizo imposible controlar para el personal de mantenimiento paralizó por completo la operatividad de la sala quirúrgica número uno dejando a 87 niños en lista de espera.
“Era imposible seguir operando con una filtración”, lamentó la doctora Idabelis Arias, subdirectora del Agustín Zubillaga. La especialista explicó que el problema con los pabellones empezó luego que robaran hace un par de meses algunos compresores de aires acondicionados en la institución.
“Se afectó la tubería y eso generó goteras que han afectado la infraestructura”, dijo Arias. Para no quedarse sin pabellón la institución habilitó una de las cuatro salas quirúrgicas que estaba cerrada; sin embargo, el área tiene un compresor de aire acondicionado deficiente y por eso dentro del pediátrico operan sólo las emergencias.
Lo que más preocupa a las autoridades del pediátrico es que la empresa encargada del mantenimiento de los aires en la institución está de vacaciones, lo que significa que al menos una semana más tendrá que esperar el hospital para poder contar con la sala quirúrgica.
“La empresa ya vino y vio el problema. Según nos explicaron en estos días se dificulta mucho la situación porque los repuestos no aparecen, pero ellos se comprometieron a hacer un esfuerzo para solventar nuestra necesidad”, dijo Arias. La doctora no se atreve a dar una fecha exacta de cuándo serán reparados los aires, pero aseguró que en siete días la filtración debe estar reparada.
La inoperatividad de los pabellones en el pediátrico se suma a la de las salas quirúrgicas en el Luis Gómez López, área que se encuentra parada desde el primero de enero, porque el edificio también presenta problemas de filtración.
Según datos aportados por las instituciones, son aproximadamente 150 pacientes que dejan de ser operados al mes en el estado Lara.