Cristina Linárez | LA PRENSA.- Sin luminarias, mallas, banquitos, láminas de zinc en techos de las canchas están tres parques deportivos en Cabudare y dos en Barquisimeto, los cuales dejaron de ser tan concurridos, luego de los reiterados hurtos, daños y el olvido de las autoridades.
El Parque Negrura, con apenas cuatro años desde su inauguración, fue despojado de su equipamiento en el mes de mayo, luego de la intervención de Polilara y el retiro del módulo policial que estaba en el sitio, el hurto de todo lo que había en el parque fue de manera progresiva.
Según seis deportistas que aún practican en el parque, poco a poco los delincuentes se llevaron los reflectores, los cables, las mallas, robaron todo lo que había en un cafetín, las pocetas y lavamanos de los baños, todas la puertas y hasta equipos deportivos que estaban guardados.
Jhonny Figueroa, entrenador de tenis en el lugar, recuerda que cuando abrieron el parque 20 academias tenían prácticas allí, y era visitado por al menos 500 personas a diario, pero ahora sólo quedan dos academias con 10 alumnos cada una. “Los que más pierden con estos robos son los deportistas, cada vez hay menos lugares donde practicar”, precisó.
Figueroa recuerda que iba mucha gente a hacer todo tipo de deporte debido a que el parque tiene cuatro áreas deportivas: tenis, voleibol de playa, baloncesto y crossfit. Ahora sólo queda el recuerdo, porque debido a las condiciones el parque quedó en el olvido por los tantos hurtos y se está llenando de monte.
Otros parques deportivos que están en Las Mercedes y la urbanización La Morenera de Cabudare también quedaron en el abandono. Los residentes por esas zonas se quejan de que durante las protestas, manifestantes se metieron, cortaron árboles y quitaron postes y hasta láminas de zinc para usarlas en las barricadas.
En Barquisimeto, también sucede lo mismo con los parques de recreación. Con monte, aparatos dañados, sin luz y con la cerca perimetral tumbada en el piso están desde hace tres años dos parques en el sector Andrés Eloy Blanco, al oeste de la ciudad.
“La gobernación y la alcaldía se olvidaron de los parques de recreación y deportivos, la comunidad se cansó de cuidarlos, porque nadie los ayudaba”, dijo Juana Medina, de 37 años, residente del sector en el oeste.