J. Sequera/E. Figueroa | LA PRENSA.- El señor Wilmer González fue el domingo hasta un mercaíto “chino” en Duaca, municipio Crespo. Iba con la idea de comprar dos kilos de yuca pero se sorprendió con las palabras que le dijo el cajero. “Son 25 mil bolívares en efectivo y 100 mil por punto”, le dijeron a González, por lo que salió decepcionado y no compró nada.
Así como él, muchos guaros se están viendo azotados por los saltos que hay en los precios de la comida, pues comerciantes -especialmente en mercados municipales y de calle-, aumentan hasta en un 900 por ciento si alguien desea cancelar con punto de venta, lo que encarece la comida y por tanto dificulta comprarla.
Haciendo un recorrido por tres mercados de Barquisimeto (El Manteco, Las Catacumbas y Terepaima), el equipo reporteril de La Prensa pudo constatar que los precios son más elevados en los precios de verduras, hortalizas y legumbres.
Por ejemplo, el kilo de tomate en Las Catacumbas es ofrecido en efectivo en un máximo de 50 mil bolívares, pero si se viaja hasta el Terepaima, el mismo kilo puede costar hasta 500 mil bolívares por punto o transferencia.
El cambur es de los más buscados por ser económico -el kilo tiende a estar por el orden de los 20 mil bolívares, pero es ofrecida hasta en 60 mil bolívares si lo que se tiene es una tarjeta de débito, siendo un aumento del 200 por ciento.
Por eso, consultados aseguran que tener “dinero virtual” no sirve en un país en el que existe un drama para conseguir efectivo y que cobran hasta 150% para obtenerlo.
“Antes, tener una tarjeta de débito o crédito era un lujo, pero ahora sólo es un obstáculo porque lo que todo el mundo anda buscando es el efectivo”, comenta el almacenista Nelson Pérez.
Puro billetes nuevos
En el recorrido por los mercados, se comprobó que los comerciantes sólo están aceptando billetes del nuevo cono monetario porque los billetes de 50 y 100 bolívares no los están aceptando.
“Yo que soy tostonero, le compro a chinos y solamente puedo comprarles la mercancía con billetes nuevos; nadie quiere los verdes ni los marrones”, precisa con audacia un comerciante del mercado El Manteco.