Osman Rojas | LA PRENSA.- Corriendo con una lista en la mano como si fuese a hacer mercado, la señora Yohana Rodríguez baja y sube las escaleras del Hospital Central. La abuela de un pequeño de nueve días de nacido hospitalizado en el Antonio María Pineda, aprendió a convertir su cartera en una farmacia ambulante pues sabe que en neonatología piden hasta los guantes para atender a los pacientes.
“De los médicos no nos podemos quejar, pero la crisis que atraviesa el sector salud se siente aquí. Todos los días hay que ir a comprar cosas. No hay algodón, no hay sondas de alimentación, ni siquiera reactivos para hacer una hematología hay en este hospital”, aseguró Rodríguez a las afueras del servicio.
Padres y familiares de niños recluidos en el área de neonatología denuncian que hasta 30 mil bolívares se pueden gastar en un día dentro del principal centro asistencial del estado.
“Las autoridades deben entender que el que viene aquí no tiene cómo pagar una clínica; sin embargo a nosotros nos piden de todo. Uno puede colaborar, pero tampoco es para que abusen”, contó molesta la señora Aída Castro, madre de un niño recluido desde hace dos semanas en el servicio.
Los denunciantes aseguran que en el servicio han llegado al extremo de pedirle jabón líquido a las personas para poder limpiar y mantener el área en buenas condiciones. “Uno pide que haya mayor compromiso con la salud en Venezuela. Los gobernantes deben hacer lo posible por solventar esta situación porque se está jugando con la vida de los niños, criaturas inocentes que no saben lo que es una crisis”, concluyó Castro.