Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Sin el acceso a las estadísticas exactas en la región, solo se conoce de la incidencia de más pacientes desde los 40 años que padecen el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida VIH). La preocupación empieza por aquellos migrantes que regresaron en los últimos meses de 2.020, para ponerse al día luego de interrumpir el tratamiento hasta por casi 3 años. Además de la importancia de mantenerse al día con el examen de carga viral, que al realizarlo en privado, implica hasta el viaje a Valencia para conseguir precios más bajos del promedio en $ 300 en laboratorios locales. Sino deben estar al pendiente de alguna jornada gratuita desde la entidad sanitaria.
La data llevada por Raiza Farnataro desde la Fundación Conciencia por la Vida, señala 4.200 en Lara, además de la continuidad del tratamiento retroviral desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a través del Fondo Global. Lo confirma Ricardilis Hernández, responsable de la coordinación del programa regional Sexual y de Reproducción, donde el paciente retira toda la terapia retroviral hasta por 6 meses.
Pero cuando se tiene el testimonio de quien fue diagnosticado hace más de 12 años, se conoce la importancia de mantener el tratamiento. Se asegura la confidencialidad de no revelar su identidad, para evitar discriminaciones en una sociedad que sentencia en la doble moral. Es un hombre, como la mayoría de los pacientes infectados. Su preferencia es homosexual luego de haber estado casado y hasta con un hijo adolescente. Su estado de salud solo es conocido por su pareja y médicos durante alguna revisión, pero siempre ha mantenido a su familia ajena a esta situación, para evitar preocupaciones porque lo asocian a la muerte inmediata.
Advierte las complicaciones que se puedan tener al suspender el tratamiento. Lo vivió durante 8 meses en 2.017 y solo aumentó su angustia. «El sistema inmunológico está tan vulnerable que cualquier cuadro viral puede ser crítico», lamenta de los riesgos que la gripe pueda ser tan avanzada que pase a neumonía, más aún cuando ellos están muy propensos a sufrir tuberculosis. También pueden padecer de candidiasis, cuyo hongo e inflamación puede afectar no solo los genitales sino ser más visible, en la boca.
El sistema digestivo también decae al punto de sufrir diarrea constante y se deshidrata el organismo. Pierden las fuerzas y hasta se cohíben de recibir asistencia médica ambulatoria, para no revelar el estado de salud comprometido por el VIH. «Somos una esponja para cualquier enfermedad y lo delicado es que no podamos resistirla», señala este hombre, cuya pareja también está infectada.
«¿Me la hago o como?», se pregunta este señor y la que repiten otros, a quienes solo tienen dinero disponible para alimentarse y que no le alcanza para realizarse la prueba de carga viral. Señala que antes había más posibilidad para ir a Valencia, donde se consigue más económico y alrededor de $ 100, pero ahora hasta el sacrificio empieza por conseguir pasajes. Algunos deben pedir colaboración a sus familiares y así poder llegar a realizarse este examen y determinar si se ha replicado la carga viral, para su respectiva terapia. El programa regional lo facilitan en jornadas.