Osman Rojas | LA PRENSA.- La salud en el estado Lara entró en coma. Recorrer los pasillos del Antonio María Pineda es darse de bruces con la crisis humanitaria que atraviesa el país. Un almacén de medicamentos vacíos, enfermos que agonizan por la falta de tratamientos y especialistas frustrados por no poder cumplir con el acto médico es el dramático escenario que se encuentra cualquier persona que visite la institución.
En el marco del Día Mundial de la Salud, el Hospital Central (que es el principal centro médico en la región) amaneció sin guantes, sutura o insulina. Especialistas en el estado denuncian que para poder trabajar deben acudir a los familiares si quieren ejercer el acto médico en condiciones medianamente dignas. La crisis es tal que prácticas como la elaboración de sueros caseros para salvar vidas son normales en las instituciones públicas, pues el ministerio ni suero manda a los hospitales.
“Han violentado nuestro derecho a ejercer y han violentado el derecho a la vida. A nosotros los médicos nos toca ver morir al paciente. Tenemos las batas puestas y no podemos hacer nada para salvarlos”, denuncia Antonio Franco, doctor en la Emergencia del Hospital Central.
Para el especialista, lo que más preocupa es la apatía y la improvisación que muestra el Gobierno nacional para resolver la crisis humanitaria que se vive en los centros públicos. “Mandan insumos a lo loco”, denuncia.
Los profesionales de la salud consideran que el Gobierno nacional ha violado el artículo 83 de la Constitución Venezolana (enunciado que obliga el Estado a garantizar la salud de todos en el país).
Ruy Medina, director sectorial de Salud en el estado Lara, comentó que la entidad no tiene nada que celebrar, pues cada vez son más los muertos por la escasez de medicamentos.
“Hoy no es el día de la salud. Hoy es el día de la muerte y de la enfermedad en Venezuela. Hoy es un día de tristeza, de llanto y de profundo dolor para los que vivimos en hospitales. ¿Qué vamos a celebrar los médicos?, ni antibióticos tenemos en los centros públicos”, cuestionó Medina.
Marcial Daza, director del Hospital Central, compartió la idea de Medina y denunció con tristeza que el Ministerio juega a la improvisación enviando medicamentos a destiempo. “A veces llegan cuando tenemos meses con el anaquel vacío. No hay regularidad”, dijo con indignación.