Osman Rojas | LA PRENSA.- El viernes de la semana pasada, Carlos Alberto Matos ingresó a la emergencia del Hospital Central porque sus niveles tensionales se dispararon drásticamente. El señor de 54 años llegó al hospital luego de pasar dos meses sin tomar su pastilla para el corazón.
Tres días después de ser internado, Matos murió. “A mi tío lo mató la escasez”, dice con tristeza Luisa Martínez al contar la historia y es que, según la Federación Farmacéutica Venezolana, el desabastecimiento de medicinas para pacientes con enfermedades crónicas o degenerativas alcanzó el 95 %.
Enfermos crónicos quedan en el aire
Los números publicados por la federación han encendido las alarmas entre los pacientes, quienes hacen un llamado al Ejecutivo nacional para que se solvente lo antes posible este problema.
“No queremos morir por decreto presidencial. Queremos que se acepte la ayuda humanitaria y que a Venezuela entren los medicamentos que países hermanos quieren donar”, dijo Álvaro Suárez, paciente diabético y uno de los voceros del grupo Enfermos por la Vida en Lara.