Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Desde 2019, las organizaciones sindicales en Venezuela no lograban registrar protestas masivas, simultáneas y prolongadas en todos los estados por un mismo fin: exigir la cancelación completa del bono vacacional del sector público, y reclamar la derogación del instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre). Esto hizo que, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) los reclamos se dispararan llegando a contabilizarse al menos 129 protestas laborales en la primera quincena de agosto.
Esta organización registró en junio un incremento de 14% en el número de protestas en comparación con el primer semestre de 2021. Es decir, en el primer semestre de este añ;o hubo 3.892 protestas, en ese mismo período el añ;o pasado tan sólo se dieron 3.393 protestas.
«Sorprendentemente, y a pesar de lo que esperaba el Gobierno, la calle fue tomada por todos los sectores públicos. Esto debido a que se violentaron las contrataciones colectivas que estaban articuladas a los beneficios laborales. La Onapre, actuando como un organismo supraconstitucional, asumió lo que debe ganar cada miembro del sector público, provocando un aplanamiento del ingreso y una desmejora en la capacidad adquisitiva de las personas que dependen del Estado, que son más de cuatro millones de ciudadanos», comentó Dioni Salas, sociólogo.
Las protestas en las primeras dos semanas del mes fueron tomando un «efecto bola de nieve». Comenzaron los reclamos de calle de los docentes universitarios, luego se le sumaron los educadores de primaria, diversificado y obreros, luego siguió creciendo con las protestas de los trabajadores de la administración pública de ministerios, alcaldías y gobernaciones, acompañ;ados de los jubilados, y hasta el sector de enfermería llegó a amenazar con convocar una huelga general por un salario justo.
«La sociedad civil organizada fue la que presionó y generó que se asumiera una conducta diferente del Gobierno, que terminó por informar el pago de un bono vacacional este martes 16 de agosto. Yo considero que el elemento salarial está generando una presión y una reacción que va a continuar en la medida que los trabajadores vean conculcando sus beneficios», sostiene el sociólogo.
Manuel Virgüez, coordinador de Movimiento Vinotinto en Lara, indicó que otro factor que fue «gasolina» para esas protestas fue la solidaridad de los trabajadores con los nueve dirigentes sindicales detenidos desde junio. La aprehensión más reciente fue el 11 de agosto a Douglas González, dirigente sindical de la Corporación Venezolana de Guayana, en Bolívar. «El Estado ha venido desconociendo los derechos laborales de forma sistemática, y esto ha hecho que los trabajadores sean ahora los protagonistas de la conflictividad en Venezuela», opinó Virgüez.