William Croes | LA PRENSA.- Los sistemas de controles han acabado con el aparato productivo del país y han fomentado la corrupción en los altos niveles del Gobierno, así lo expresa Alicia Sepúlveda, directora general de la ONG Cedice Libertad.
Sepúlveda afirma que en los últimos años el sistema de control de cambio se ha convertido en el mayor negocio de quienes están hoy por hoy en el poder. Obtener un dólar a 10 bolívares para posteriormente venderlo al precio del paralelo es la actividad más lucrativa y una de las que mayor daño le hace a la economía venezolana.
Los controles son nefastos para la economía y a mayor cantidad de restricciones peor son las consecuencias”, expresa Sepúlveda, quien añade que los controles en los precios han aniquilado la producción nacional y por ende el Producto Interno Bruto se ha desplomado al punto que Venezuela tiene un decrecimiento importante.
Estas políticas cambiarias al conjugarse con las más de mil 200 empresas expropiadas entre 2005 y 2013 representan el peor panorama para los inversores internacionales, muy pocos seducidos por invertir su capital en el país porque consideran que no tienen seguridad jurídica y pueden perder sus bienes.
En Venezuela lo que se necesita es un cambio de modelo de raíz, pero para que se dé es imperante comenzar por un cambio político”, indica Sepúlveda en su ponencia.