José Najul | LA PRENSA.- En comparación al sábado, el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto lució mucho menos abarrotado de viajeros. Las filas par abordar unidades eran moderadas, y los vehículos iban saliendo por una plataforma despejada sin los retrasos mayúsculos generados por el tradicional caos de los primeros días.
Los funcionarios de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) estuvieron haciendo el tradicional trabajo de incautación de licores a los pasajeros, al chequearlos justo antes de que abordaran las unidades para emprender sus respectivos viajes durante toda la jornada de ayer.
Asimismo, realizaron diversas pruebas toxicológicas, que estuvieron dirigidas a los conductores de los autobuses y vehículos por puestos.
La idea era comprobar que estos no habían consumido ninguna sustancia estupefaciente que pudiera alterar sus sentidos durante el trayecto, poniendo en riesgo su vida, la de los pasajeros y la de otros viajantes.