Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Les dicen los colores y ellos complementan esa descripción tocando cada hoja o pétalo de las flores. Es una de las dinámicas que aplican los docentes en la Unidad Educativa Bolivariana Luis Braille a los niñ;os con discapacidad visual durante la semana de educación ambiental. Les inculcan esa sensibilidad de cuidar al medio ambiente e invitan a los padres para reforzar esos valores desde el hogar.
Darle amor y recordar que es una obra de Dios, con ese mensaje del himno al árbol interpretado por el profesor invidente de música, José Gregorio Hernández, los estudiantes de preescolar avanzaban hacia la Escuela Especial María Meléndez de García, donde tenían la interacción en las áreas verdes. Padres y docentes sostenían una pancarta en la que dibujaron un frondoso árbol y pegaron sus hojas naturales. Así era el ejercicio de sentir texturas e identificar a una hoja en pleno esplendor y esas marchitas, casi quebradizas.
«Ellos también deben conocer su mundo porque tienen facultades cognitivas y se les refuerza desde lo lúdico, para que aprendan a conservar desde el juego», señ;aló la profesora Yolanda López, subdirectora de la escuela Braille, complacida de la interacción de esos 60 alumnos que escuchan la importancia de la naturaleza y cómo pueden contribuir a su cuidado.
Son niñ;os que participan con curiosidad, indagan y se complacen de la frescura que sienten. Esto es aprovechado por los docentes para insistir en la necesidad de oxígeno y demás bondades de la madre tierra. «Su inocencia e interés es fascinante, porque están adquiriendo una conciencia de protección y resguardo de su entorno», precisa Yelitza Leal, docente de preescolar, quien estuvo ofreciendo orientaciones a los padres que se sumaron a la actividad. Refiere que la discapacidad visual no es impedimento y se debe evitar aislar al niñ;o de su realidad.
Las manualidades y juegos están presente en esta semana como antesala a la caminata que realizarán el martes 30 en horas de la mañ;ana por adyacencias del plantel en Patarata y jornada de reforestación, donde cada niñ;o lleva una planta.