Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara.- Desolados, así se encuentran los moteles de Barquisimeto, los cuales han tenido poca afluencia de personas desde que inició la cuarentena.
Un promedio de dos parejas cada 15 días es el máximo de visitantes que han recibidos dejando a este miembro del sector hotelero casi tocando fondo.
«Estamos sobreviviendo como podemos, ya las parejas no se acercan en busca de una habitación porque están& ;limitados por la falta de gasolina o por las restricciones de la cuarentena ya que la mayoría de parejas solían venir en horas nocturnas», manifestó Celia Navas, encargada del hotel Celimar, ubicado en la carrera 18 con calles 29 y 30.
El panorama se pinta desolador para cada Motel de la ciudad, pues aunque se mantienen laborando sólo cumplen horario, y por tal motivo sólo habilitan a tres trabajadores, un vigilante, una recepcionista y una camarera que se encarga de tener listas las habitaciones por si llega algún cliente, es la modalidad que implementan en el motel Salto Angel.
«Se redujo el personal porque sólo se cumple horario, las visitas mientras más avanza la cuarentena son menos y los ingresos van a pique porque hay semanas en los que no se reciben ni una sola persona», expresó Maira García quien desempeña el cargo de recepcionista.
Aunque los moteles se han reinventado haciendo ajuste a sus tarifas para ser un poco más atractivos para la clientela, estas no han surtido efecto pues cada vez son más los moteles que se consiguen cerrados por la poca presencia de personas.
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