Monseñor Basabe pide a la juventud un cambio de mentalidad para buscar la paz

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El pueblo de Santa Rosa se vistió de colores y se contagio del canto juvenil que la convirtió en «Ciudad de la Alegría». La feligresía no cabía en la iglesia, superando los mil asistentes que no pudieron viajar a la Jornada Mundial de la Juventud 2023 en Lisboa y que estuvieron atentos al mensaje de Víctor Hugo Basabe, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, durante la misa en la que relacionó la transfiguración de Jesús con el protagonismo que deben tener las nuevas generaciones.

«¡Vamos a alabar al Señor!«, marcó el inicio entre palmadas y vuelticas de niños y jóvenes. Las emociones estaban a flor de piel, cuando se olía el suave incienso y el pasillo quedaba despejado para el arribo de la Santa Cruz, seguido de monseñor Basabe, el párroco Humberto Tirado y el sacerdote Freddy Rodríguez, quien está próximo a seguir su formación de la vida consagrada a Dios en España. Mientras la muchachada formaba una algarabía.

Estamos en la fiesta de la juventud y cada 6 de agosto recordamos la transfiguración de Jesús, fueron las primeras palabras de Basabe, al señalar la vigencia de la palabra de Jesús a sus apóstoles: «¡Levántense!» y es el llamado e para que los jóvenes empiecen a cambiar de mentalidad, trabajen en función de la paz en el mundo y se involucren en acciones contra el cambio climático. «Venezuela también necesita de esos cambios por un mejor futuro, al caminar con Cristo«, recalcó.

Recordó el llamado del Papa Francisco a dejar la inercia y ensimismamiento. «La juventud no puede estar prisionera y deben levantarse de un mundo dominado por las redes sociales«, expresó de la fuerza que da& ; poner a Jesucristo en el centro de sus vidas.

Las alabanzas cantadas alborotaban a los jóvenes, quienes salían sonrientes de la misa alzando globos de colores, a paso acelerado para unirse al canto en la plaza Bolívar de Santa Rosa. Cantaban y bailaban siguiendo a las agrupaciones musicales, mientras habían algunas ventas de bisutería, accesorios para la comunidad católica.