José Miguel Najul | LA PRENSA.– Las políticas económicas en Venezuela no pueden ser parciales, sino integrales. No basta con cambiar tímidamente uno de los elementos de distorsión (control cambiario o de precios, políticas del BCV, impresión de dinero inorgánico, expropiaciones), por el contrario, es necesario hacer un cambio absoluto.
Lo asegura la economista Bárbara Lira, quien considera que hay métodos para aplicar estos cambios sin que la población lo resienta directamente.
“Soy de las personas que creen que no hay buenas ideas mal implementadas (…) Hay maneras de tomar medidas económicas duras, haciendo que la gente perciba los beneficios que éstas pueden acarrearles”, expresa la especialista.
Apunta que, por el momento, la población padece los embates de una decisión gubernamental que ha implicado un severo saldo social.
Se refiere a la reducción de las importaciones que el Gobierno ha ejecutado con el propósito de cancelar las deudas con los acreedores internacionales, para evitar que Venezuela pueda caer en un “default” financiero.