José D. Sequera | LA PRENSA.- Francis Bastidas llegó bien temprano a la sede de la Universidad Fermín Toro (UFT), ubicada en El Ujano. Ella junto con sus compañeros iba a formalizar el pago de su inscripción, el cual estuvo a punto de no hacerlo porque no esperaba pagar 2 millones de bolívares por sólo ver su nombre en la lista de inscritos.
“Es el doble del salario mínimo, gracias a Dios pude conseguir el dinero, aunque ahora dos millones no es nada”, explica. Ella al igual que muchos universitarios vio su futuro académico empañado por el alto costo -producto de la hiperinflación-, de la matrícula en las univer
sidades privada y colegios universitarios.
Haciendo comparación de montos entre el semestre y/o trimestre actual con el anterior, se ve que los precios subieron más rápido que un cohete a la Luna. Por ejemplo, en el caso de la Universidad Yacambú (UNY), la unidad de crédito en el trimestre anterior estaba en 100 mil bolívares y ahora está en 750 mil, representando un aumento del 650 por ciento.
“Pasé de pagar dos millones y medio hasta un poco más de 16 millones entre un trimestre y otro”, confiesa Renny Osorio, estudiante de In
geniería Electrónica de esa misma universidad.Lo mismo ocurre en la UFT donde el semestre para estudiantes osciló en 200 mil bolívares y el
que corre actualmente se especula que costará unos 12 millones (aumento de 445 por ciento).
El estudiante Félix Vásquez asegura que aún no se sabe el monto porque “cada cuota irá aumentando”. “La primera cuota vale un millón 400 y la siguiente un millón 900 mil bolívares pero las otras no. Tenemos que esperar que el departamento de Administración no diga, quizás poco a poco vaya aumentando”, dice.
Colegios universitarios y tecnológicos impusieron pagos especiales. En el caso del Iutirla, dan dos modos para pagar el semestre (al igual que la UFT) pero el monto es distinto: un millón 252 mil bolívares si es de contado; y 2 millones 52 mil 500 bolívares si se paga a cré
dito.
Tales montos asustan a los estudiantes, haciendo que abandonen las aulas de clases, situación que ya se puede palpar: salones y pasillos
con pocos estudiantes entusiasmados y con bolsillos llenos de dinero. Extraoficialmente se conoció que la baja de matrícula en promedio de todas las universidades privadas y colegio universitarios se encuentra entre 30 y 40 por ciento, lo que se traduciría en 20 mil estudiantes menos en las aulas.
Yhosmer Serrano estudiaba en la Universidad Tecnológico Antonio José de Sucre ingeniería, sueño que no terminó de alcanzar. “Hace tres meses dejé de ir a clases porque no tenía como pagar el semestre. Ahora lo que hago es trabajar para llevar comida a mi casa”, expresa.