Cristina Linárez | LA PRENSA.- Padres y familiares de los estudiantes que emprendieron la cruzada desde Barquisimeto hasta Caracas, manifestaron haber vivido momentos de angustia porque temieron que perdieran la vida en el trayecto o en un enfrentamiento con los cuerpos de seguridad, sin embargo, aseguraron sentirse orgullosos de ver la valentía de los muchachos en una histórica caminata que alcanzó los 380 kilómetros.
Ludy Maramara, madre de Carlos Maramara, estudiante de la UCLA, dijo que desde un principio apoyó la decisión de su hijo de formar parte de la travesía, porque según aseguró, su muchacho nació siendo un guerrero y siempre ha participado en actividades en búsqueda de un mejor país, recordó por ejemplo su gallarda participación en la huelga de hambre que protagonizaron los estudiantes en el 2014.
Sin embargo, afirmó haber entrado en pánico cuando veía por las redes sociales que se habían encontrado con funcionarios de la Guardia Nacional en el túnel La Cabrera en Carabobo.
“Papito, dime algo, quiero saber ti”, eran los mensajes que le enviaba Ludy a su hijo cada vez que se enteraba por las redes que estaban en problemas. “Yo encomendaba a Dios a todos los muchachos, yo los veo a todos como mis hijos”, expresó.
José Osorno, padre de Guillermo Osorno, estudiante de UCLA, dijo que cada uno de los jóvenes caminantes era un valiente con un mensaje para el país. Resaltó que estaba consciente del peligro que corrían los jóvenes, pero asegura son acciones que se necesitan para lograr una mejor Venezuela.
Ante la severa acción física que requirió la caminata, cuando hablaba con Guillermo le decía: “hijo, cuídate los pies”, debido a que este es jugador de fútbol de la selección de la UCLA.