Rojas | Rodríguez | LA PRENSA.- “No me dejen morir porque yo tengo un hijo”, esas fueron las últimas de Manuel Aponte, de 33 años, dijo a su madre luego de ser baleado en una protesta en Valle Hondo.
Sin ocultar su tristeza y responsabilizando a los funcionarios de la Guardia Nacional por el crimen, la señora Maritza Aponte, mamá de Manuel, pidió justicia para su hijo, pues asegura haber visto cómo los uniformados disparaban sin piedad para dispersar la manifestación que se registró el jueves en la tarde en Cabudare.
“No me da miedo decirlo y agradecería a los guardias nacionales que vengan por mí y me maten porque ya yo estoy muerta”, fueron las desgarradoras palabras de la mujer al hacer referencia de que la muerte de “Manu”, como lo conocían amigos, deja un gran vacío en su vida y en su casa.
Aponte relata que Manuel estaba en la protesta ayer porque estaba libre en su trabajo y salió para auxiliar a otro protestante que había sido herido. Detalla que su hijo al prestar ayuda, se escucharon dos disparos, de pronto vio a su muchacho ensangrentado corriendo hacia la casa.
“Mi muchachito”, fue lo que pensó la mujer quien se agarró de un portón con fuerza para no caer. “Yo quería correr, pero las piernas no me daban. Vecinos de
Manuel y la señora Maritza salieron a ayudarlo “y yo les pedía que corrieran, que corrieran con mi hijo porque yo no podía”, recordó con voz quebrada.
Luego de eso la familia vivió horas de angustia y zozobra. Después de ser herido el muchacho fue trasladado al centro quirúrgico Los Leones. Allí fue intervenido para ser trasladado a UCI.
Los médicos le informaron a la familia que el joven estaría 48 horas bajo observación, pero cuatro horas después de ser operado, Manuel se complicó y murió.
“Parece que es un mal sueño, una pesadilla”, dijo una prima de la víctima que prefirió no revelar su nombre por seguridad. La fuente también culpa a la GNB de lo ocurrido y pide a las autoridades investigar el caso para que esto no quede impune.
“Aquí hay cosas que no pueden pasar por debajo de la mesa. No es posible que los guardias disparen balas a quienes muestran su descontento con este Gobierno. La guerra es desigual e injusta porque son piedras contra balas”, dice con impotencia la dama.
Lejos de bajar los brazos por la pérdida de un familiar la familia pide calle para hacerle honor a la memoria de Manuel.
“Mi esposo y yo vamos a levantar la bandera de mi hijo. Vamos a luchar”, anunció con fuerza la madre.