El sector productivo nacional está de luto tras el fallecimiento este martes 30 de diciembre de Alejo Hernández Acosta (1945-2025). Fundador de la Organización El Tunal. Hernández fue una figura determinante en la transformación del panorama agropecuario de Venezuela.

De origen español y radicado en el país desde los 15 años, inició su trayectoria como mecánico en Quíbor, donde se ganó el afecto de la comunidad y el apodo de “El Tornillo”. Hasta que en 1969, fundó oficialmente El Tunal C.A.

De acuerdo con algunos registros Alejo Hernández llegó en un principio a San Felipe pero de allí salió porque “no veía mucho movimiento”. Junto con un pariente Hernández se mudó a Quibor y allí empezó a trabajar la tierra.

Primero empezó como ayudante de máquinas oficio que le permitió aprender no sólo a manejar equipos sino también a cultivar la tierra. Cuando cumplió los 18 años, en 1963, Hernández se mudó a Dabajuro en el estado Falcón buscando tierras y agua.

La aventura no terminó bien. Alejo Hernández invirtió casi todo su dinero tratando de encontrar agua pero no lo consiguió. A pesar de este tropiezo el empresario no se rindió y regresó a Quibor.

Con el dinero que aún tenía disponible compró un lote de tierra en los Valles de Quibor llamado El Tunal. Con esta inversión Hernández se quedó sin bolívares así que tuvo que pedirle al vendedor del terreno que le prestará plata para poder trabajar.

El resto es historia. Lo que inició como un proyecto personal terminó siendo un epicentro de innovación tecnológica y producción masiva convirtiéndose en uno de los grandes referentes del país.

En un principio Alejo Hernández inició sembrando cebolla, tomate y pimentón pero el negocio era relativamente inestable porque, de acuerdo con las palabras del mismo productor, el precio a veces era bueno y otras veces no.

Con dedicación y mucho trabajo Alejo Hernández fue sacando adelante su producción y poco a poco se convirtió en uno de los empresarios más respetados de la zona.

Con su partida Venezuela pierde a un hombre de campo que creyó en la inversión nacional y en el trabajo como vía de progreso.

Su legado trasciende el éxito comercial: se le recuerda como un visionario que introduje tecnología de vanguardia que marcaron un antes y un después en el campo venezolano.