Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA – Acorralados por las pocas ventas y el horario de la flexibilización se sienten los dueños de licorerías, quienes reportan que las ventas desde su perspectiva han bajado en un 80% desde que se declaró la cuarentena en el país.
«Las ventas bajaron en un 80%, antes esta esquina se la pasaba full, pero ahora la situación es otra, y es que más que el costo del licor, lo que más nos afecta es el horario tan reducido que tenemos para vender», dijo Juan Rodríguez de la Licorería Tequila 31, en la avenida Andrés Bello con carrera 31.
Las licorerías solo puede abrir en la semana de flexibilización en el horario de 1:00 pm a 6:00 pm, lo cual reduce la posibilidad de atender mayor número de clientes.
«Por el horario las personas no tienen acceso para comprar, porque salen del trabajo a las 5:00 pm, es muy poco el tiempo que tienen, y si llegan a comprar cuando se les acaba no pueden volver a salir porque todo estará cerrado», aseguró que Elio Teixeira de la licorería La Nueva Redoma, quién además destacó que vender a puerta cerrada no es factible ya que si son descubiertos deberán pagar un monto mayor al de la ganancia.
Según la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas (CIVEA), dirigida por Luis Enrique Cárdenas, las ventas en este sector bajaron cerca de un 35% debido al excesivo cobro de impuestos, la simplificación de tributos y el aumento de bebidas ilegales, debido que mientras en 2020 las licorerías estuvieron restringidas, las ventas clandestinas estuvieron completamente libres.
Cárdenas se refiere al alto consumo de bebidas artesanales como el cocuy, cuya venta se da en comercios y hasta en viviendas sin permisología ni inspección. Además que esta bebida registra un precio mucho más económico que una de origen comercial.
Colocan víveres
La venta de víveres y productos de higiene personal se ha vuelto común en las licorerías, es una estrategia usada para poder obtener ganancias y como un permiso de abrir sus puertas durante la cuarentena.
Rusbely Mendoza, licorera, dijo que tuvo que sacar el permiso de víveres para no bajar su santamaría.